Yamel Safady fallece a los 67 años de edad y deja un legado de servicio y entrega en la ciudad de Portoviejo, capital de la provincia de Manabí.
Portoviejo despide este martes 25 de febrero a Yamel Safady, un hombre de origen libanés que dejó una huella imborrable en esta comunidad ecuatoriana. Fallecido el lunes 24 de febrero a los 67 años, su sepelio está programado para las 16h00 de hoy. Su hijo, Farid Safady, compartió con este medio un emotivo relato sobre la vida y el legado de su padre, un ejemplo de resiliencia, servicio y amor incondicional.
Yamel llegó a Portoviejo en 1978, con apenas 19 años, tras huir de la guerra en Líbano. Su travesía lo llevó primero a Venezuela, donde se dedicó al comercio de telas y destacó por su activa participación en clubes sociales como el Manabí Radio Club y el Club 12 de Marzo, del cual era presidente al momento de su muerte. Luego, acompañado de un tío, se instaló en Ecuador, eligiendo a la capital manabita como su hogar definitivo. “Aquí la gente es como familia, yo de aquí no me voy a ir, yo me voy a morir aquí”, solía decir, según recuerda Farid, reflejando un apego profundo por esta tierra.
En Portoviejo, Yamel no solo prosperó en el comercio, sino que cultivó relaciones humanas basadas en la amistad y la hermandad. Junto a su esposa, ambos forjaron un negocio que trascendió lo comercial para convertirse en un espacio de conexión con sus clientes. “Mi papá y mi mamá eran seres de amor, su objetivo era servir”, asegura Farid, quien ve en ellos un ejemplo a seguir.
Yamel Safady fallece y deja un legado de servicio
A pesar de enfrentar una insuficiencia renal desde 1999, con trasplantes y diálisis, Yamel Safady mantuvo una fortaleza admirable. “Su resiliencia era sobrenatural”, destaca su hijo, recordando cómo su padre enfrentaba los problemas con una sonrisa y transmitía esperanza incluso en los momentos más duros. Esta capacidad de dar sin esperar nada a cambio marcó su vida y ahora es el mensaje que Farid desea perpetuar: “Ser gentil es el único camino para vivir en armonía”.
La comunidad de Portoviejo donde también fue un miembro activo de la Cámara de Comercio, llora la partida de un hombre servicial cuyo legado de amor y generosidad sigue resonando en las anécdotas y mensajes de cariño que hoy recibe su familia. Yamel Safady no solo vivió en Portoviejo, sino que lo hizo suyo, dejando un ejemplo imborrable de humanidad.