“Un recital silencioso y clave”: así fue el partido perfecto de Moisés Caicedo que se consagra campeón del Mundo con el Chelsea

El Chelsea ganó con autoridad el Mundial de Clubes con la nueva modalidad, pero el brillo en el mediocampo en lo defensivo tuvo nombre propio: Moisés Caicedo, el ecuatoriano que se transforma en leyenda.
Moisés Caicedo quedó campeón del Mundial de Clubes con el Chelsea
Moisés Caicedo quedó campeón del Mundial de Clubes con el Chelsea
Moisés Caicedo quedó campeón del Mundial de Clubes con el Chelsea

Jaime Ugalde

Redacción ED.

Jaime Ugalde

Redacción ED.

Periodista por vocación y profesión. Treinta y cinco años teniendo el privilegio de hacer cobertu... Ver más

Chelsea venció 3-0 al París Saint-Germain (PSG) este domingo en la final del renovado Mundial de Clubes 2025, con una actuación consagratoria de Moisés Caicedo, quien fue clave para anular al mediocampo rival y liderar la presión que permitió al club inglés levantar el trofeo más importante de su temporada.

El “mejor” mediocampo del mundo, reducido a escombros

Vitinha, Fabián Ruiz y Joao Neves. Tres nombres que definen calidad, circulación y visión de juego. Un tridente temido por su sincronía y creatividad. Pero este domingo ninguno encontró la pelota. Cada intento de pase era un muro, un cruce, una zancada larga. Moi Caicedo estaba en todas partes.

Su presencia parecía multiplicada. “¿Cuántos Moisés Caicedo hay hoy?”, se preguntaban periodistas desde las cabinas. La respuesta parecía mágica: estaba en todos lados, siempre un segundo antes que el rival, teletransportado al centro exacto del caos para imponer orden.

El periodista Daniel Navas lo describió sin titubeos: “Su posicionamiento, sus robos y sus pases son esenciales en el colectivo blue”. No fue el más vistoso, pero sí el más importante. Fue el engranaje perfecto del motor londinense.

El recital de Moi: 45 minutos de clase mundial

En el primer tiempo, Chelsea marcó tres goles. Cole Palmer brilló en los números: dos goles y una asistencia. Pero para que eso sucediera, alguien tuvo que construir desde abajo. Moisés Caicedo sostuvo al equipo, rompió líneas y dio libertades.

Raúl Zambrano, narrador ecuatoriano, fue tajante: “La actuación cualitativa de Moisés Caicedo en el primer tiempo fue espectacular”. Añadió: “Destruyó todo con un tobillo lastimado”. Y sí, jugó infiltrado, como los valientes, jugándose el físico por cada corte limpio.

Desde Argentina, Pablo Giralt también se rindió a sus pies: “El primer tiempo que jugó Moisés Caicedo es para pasar en todas las escuelas de fútbol del mundo”.

El segundo tiempo, el Chelsea reguló. Aguantó y mantuvo en cero su arco.

Caicedo como símbolo de evolución

El PSG se ahogaba en cada intento de construcción. Vitinha no encontró espacios, Neves erró más de 10 pases. La presión era asfixiante. Y allí estaba Caicedo. No necesitaba correr para influir. Con una lectura soberbia, recuperaba incluso sin moverse.

Diego Briones, analista ecuatoriano, no escatimó elogios: “Cada duelo, cada intervención con pelota, cada movimiento del cuerpo para sacar ventajas. Incluso quieto, desde la lectura, recupera”. Y concluyó emocionado: “Top mundial. Es nuestro”.

Incluso Carlos Argüello, habitual crítico del jugador, tuvo que admitir lo innegable. El partido fue tan completo que las críticas se volvieron halagos. La evidencia había sepultado el escepticismo.

El día en que Chelsea volvió

Con esta victoria, Chelsea se convirtió en el primer campeón del Mundial de Clubes con 32 equipos. En un torneo que se le suele atribuir a históricos del fútbol europeo, los “Blues” se plantaron como nuevo monarca planetario. Será soberano durante los próximos cuatro años.

Y Moisés Caicedo terminó el partido como capitán. Cuando Reece James dejó el campo, el brazalete cruzó al brazo del mediocampista ecuatoriano. Una imagen que quedará en la historia del club.

Recital de Moisés Caicedo”, escribió José Aquino. Y no es para menos. El Chelsea jugó su mejor partido de la temporada, y el mejor planteamiento de Enzo Maresca coincidió con la mejor noche de su volante.

La decisión de Moisés Caicedo

Meses atrás, muchos opinaban que su fichaje por el Chelsea fue un error. Que debió elegir Liverpool. Que USD 146 millones fue demasiado. Hoy, todo eso parece lejano.

Los hinchas, que en su momento dudaron, ahora corean su nombre. Los comentaristas que lo ignoraban, ahora lo colocan entre los mejores. Y el fútbol, como suele hacer, puso las cosas en su lugar.

Juan José Buscalia, desde Directv Sports, lo dijo sin rodeos: “Insoportable el ecuatoriano. Impasable para el mediocampo del PSG”. Fue el resumen de una noche épica.

Caicedo: el niño que se hizo gigante

De Santo Domingo, Ecuador, al centro del mundo. Aquel niño que perseguía balones en canchas polvorientas hoy fue el alma de un campeón mundial. “Niño Moi”, como le dicen con cariño, se convirtió en un pulpo gigante, como lo fueron alguna vez Makélélé o Kanté.

Y mientras el mundo aplaudía los goles de Palmer, los que entienden de fútbol saben que unos metros más atrás, robando, cubriendo, distribuyendo, estuvo la clave. Con el corazón, con entrega, con técnica. Con Moi Caicedo.

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