Desde el pasado jueves, un tramo de la calle Bolívar fue cerrado temporalmente tras el colapso parcial de una pared de la casa patrimonial.
El colapso parcial de una pared de la casa patrimonial de la familia Flor, ocasionó el cierre temporal de un tramo de la calle Bolívar, desde la avenida Ricaurte hasta la calle Olmedo.
El hecho ocurrió el jueves pasado y generó alarma entre los transeúntes debido al fuerte ruido provocado por la caída de escombros. Afortunadamente, no se reportaron heridos. “Por suerte, nadie pasaba por ahí en ese momento”, comentó un comerciante de la zona. Sin embargo, un árbol de la regeneración urbana quedó aplastado bajo los restos, evidenciando la magnitud del suceso. Las autoridades estiman que el cierre de la vía se extenderá entre cuatro y cinco días, mientras se realizan evaluaciones de seguridad estructural.
Municipio y el INPC intervendrán en casa patrimonial
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) y el municipio de Portoviejo han unido esfuerzos para intervenir en la casa afectada, una edificación con valor histórico que forma parte del patrimonio de la ciudad. Según el alcalde Javier Pincay, la calle permanecerá cerrada hasta que los técnicos de ambas entidades concluyan el análisis de riesgo. “No sabemos cómo está la casa tras el colapso parcial, por eso priorizamos la seguridad de los ciudadanos”, afirmó el funcionario. Este análisis incluye también la evaluación de un árbol patrimonial ubicado en el patio de la propiedad, catalogado como parte del legado cultural de Portoviejo.
El colapso pone de manifiesto los retos que enfrenta el municipio para preservar su patrimonio. Pincay detalló que restaurar completamente la casa patrimonial Flor requiere una inversión aproximada de 200 mil dólares, pero el presupuesto asignado por el Gobierno para esta competencia es de apenas 40 mil dólares anuales. Además, señaló que el Estado adeuda 80 mil dólares correspondientes a los últimos dos años. “Con los recursos disponibles, solo podemos intervenir en la fachada y enmallar la parte externa para evitar riesgos”, explicó el alcalde. Esta medida busca proteger a los transeúntes mientras se define una solución definitiva.
Colapso parcial de casa patrimonial afecta el tránsito vehicular
El cierre temporal de la calle Bolívar ha generado molestias entre los habitantes de Portoviejo, especialmente en un contexto donde otras vías del centro de la ciudad ya están clausuradas por inundaciones. Manuel Palma, un ciudadano afectado, expresó su frustración: “Hay que dar muchas vueltas para llegar a este sector. El municipio debe tomar una decisión definitiva con esta casa para que no se repita esta situación”. La complicación del tránsito vehicular resalta la necesidad de una planificación urbana que contemple tanto la preservación del patrimonio como la funcionalidad de la ciudad.
Restaurar casas patrimoniales es costoso
Portoviejo cuenta con 37 bienes patrimoniales registrados en su catastro municipal: 28 de propiedad privada, 7 públicos, 1 mostrenco (el edificio de Los Estancos) y 1 conjunto urbano sin categorizar. Desde 2017, el municipio ha recuperado 18 edificaciones patrimoniales en el Centro Histórico, un esfuerzo que refleja el compromiso con la conservación cultural. Sin embargo, los recursos limitados y los desastres naturales, como el terremoto de 2016, han complicado estas tareas.
Un ejemplo claro es el edificio de la Cruz Roja, ubicado en las calles Sucre y 18 de Octubre, que sufrió daños severos durante el sismo. Nelson Muñoz, presidente de la Cruz Roja de Manabí, indicó que restaurar esta estructura cuesta más de un millón de dólares, una cifra superior a la de demoler y construir un edificio nuevo. La entidad intentó liberar el inmueble de su categoría patrimonial para facilitar su manejo, pero las autoridades lo negaron. “Nos dijeron que no, porque es patrimonio y no se puede tocar”, lamentó Muñoz. Actualmente, la Cruz Roja gestiona fondos con su matriz internacional para financiar la restauración.
Municipio gestiona recursos para restaurar casas patrimoniales
Carlos Wellington, coordinador municipal de Patrimonio Cultural, reveló que el municipio ha presentado un proyecto al Fondo del Embajador para obtener 600 mil dólares destinados a la restauración de tres bienes patrimoniales en estado crítico: la Casa Viteri, la Casa Ceballos Viteri y la Casa Flor Cedeño, donde residió Vicente Amador Flor. Sin embargo, la obtención de estos recursos es competitiva. “Por país se envían entre 110 y 120 proyectos, lo que hace que la pelea sea dura y compleja”, precisó Wellington. Las negociaciones con los propietarios de estas edificaciones continúan, en espera de una resolución favorable.
El deterioro de algunos bienes, como la Casa Viteri, ubicada en las calles 18 de Octubre y Francisco Pacheco, preocupa tanto a vecinos como a autoridades. Luis Suárez, residente cercano, opinó: “Hay casas que sí merecen restaurarse, pero esta ya no vale; tiene un alto riesgo de colapso”. Este sentir refleja el dilema entre preservar la historia y garantizar la seguridad pública.
La responsabilidad de los municipios
Manuel Barcia, director zonal técnico del INPC, subrayó que los municipios tienen la competencia legal de preservar, mantener y difundir el patrimonio cultural. “Más allá de cuestiones legales, es crucial que las autoridades locales actúen”, afirmó. Barcia destacó el caso de Jipijapa, donde el municipio ha logrado restaurar viviendas patrimoniales privadas, como un modelo a seguir. Además, aclaró que la categoría de patrimonial no impide la compraventa de estas propiedades, lo que podría abrir oportunidades para su mantenimiento por parte de particulares.
Un desafío histórico y económico
El colapso parcial de la casa Flor no es un caso aislado, sino un reflejo de los desafíos estructurales y financieros que enfrentan las edificaciones patrimoniales en Portoviejo. Desde el terremoto de 2016, el municipio ha trabajado en levantar información sobre el estado de estos bienes, identificando prioridades y buscando financiamiento externo. Sin embargo, la falta de fondos suficientes y la burocracia han ralentizado el proceso.
Wellington reconoció que el deterioro de estas edificaciones es un problema de larga data. “Son situaciones que hemos enfrentado día a día en la institución, no de ahora, sino desde hace mucho tiempo”, comentó. A pesar de las limitaciones, el municipio sigue explorando alternativas para rescatar su legado cultural, como el proyecto presentado al Fondo del Embajador.