El 76 % de las mujeres ecuatorianas realiza trabajo de cuidado no remunerado desde los 12 años, según datos oficiales revelados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Estas cifras revelan una carga desproporcionada en las tareas domésticas y de cuidado, según expertos. Esta labor representa un aporte sustancial no calculado al PIB y afecta principalmente a mujeres de sectores rurales y urbanos populares. El Estado no ha establecido políticas compensatorias efectivas.
Para la economista y activista feminista Gissela Montalvo, esta cifra revela una deuda estructural del país. “El trabajo no remunerado de cuidado es uno de los pilares que sostiene la economía ecuatoriana, pero jamás ha sido reconocido con valor económico ni social real. Desde la infancia, niñas y adolescentes asumen roles de adultas sin protección legal ni acceso a oportunidades”, señaló en declaraciones recogidas por El Diario de Portoviejo.
Según cifras del INEC y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el trabajo de cuidado no remunerado representa entre el 15 % y el 22 % del PIB si se contabilizara monetariamente. La mayor parte de estas actividades son realizadas por mujeres, quienes en promedio dedican entre 30 y 50 horas semanales al cuidado de personas dependientes, limpieza y gestión del hogar.
Algunas cifras claves sobre el trabajo no remunerado
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76 % de mujeres realiza trabajo de cuidado no remunerado
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Inicia en promedio a los 12 años
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Entre 30 y 50 horas semanales
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No está cubierto por la seguridad social
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No recibe remuneración
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Representa entre el 15 % y 22 % del PIB
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Afecta más a mujeres pobres, rurales y mestizas
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Impacta en acceso a educación y empleo
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No existe registro oficial
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Falta de un sistema nacional de cuidados
Por tradición las tareas domésticas se encargan a las mujeres
A nivel legislativo, no se han aprobado reformas que garanticen remuneración o reconocimiento legal de estas labores, a pesar de que la Constitución reconoce el trabajo en el hogar como actividad económica. En contraste, países como Uruguay y Costa Rica han avanzado hacia sistemas de cuidados integrales. En Ecuador, apenas se mencionó una propuesta de ley en 2023 que no prosperó.
Gissela Montalvo resalta que “la falta de reconocimiento también se traduce en pobreza feminizada. Muchas mujeres adultas mayores no acceden a pensiones dignas, aunque trabajaron toda su vida cuidando”. La activista urge una reforma integral con enfoque de género y justicia social.
«Eso es algo común, encargar a las niñas las labores del hogar nos ha convertido en mujeres responsables. No lo veo como algo malo, es parte de la tradición» considera Mercedes Vera, manabita de 79 años.
Este 11 de mayo, mientras las madres son celebradas con flores y mensajes, millones siguen cargando en silencio el peso de una economía basada en el cuidado gratuito. El país tiene una deuda con ellas que aún no ha comenzado a saldarse.