El seguro de desgravamen, que cubre el saldo de una deuda en caso de fallecimiento o incapacidad permanente del titular, se consolida como una herramienta esencial para proteger las finanzas familiares en Ecuador. Según Paulo Salazar Bravo, experto con experiencia como gerente de Marketing y Negocios en compañías de seguros de Ecuador y Bolivia, este seguro garantiza que los herederos no asuman cargas económicas tras un imprevisto. Incluso, ofrece tranquilidad a los asegurados. Obligatorio en créditos hipotecarios y quirografarios, su uso crece ante la necesidad de blindar el patrimonio familiar, informó en Primicias.
El seguro de desgravamen opera de manera simple: al fallecer el titular de un préstamo, la aseguradora paga el saldo pendiente a la entidad financiera, liberando a los familiares de la deuda. También cubre casos de incapacidad total y permanente que impidan al asegurado cumplir con los pagos. “Protege a la familia para evitar que asuma una deuda en caso de fallecimiento, garantizando que el préstamo quede pagado”, explica Salazar. Este mecanismo se aplica principalmente en créditos hipotecarios, de consumo, vehiculares y tarjetas de crédito, donde las entidades financieras buscan asegurar la recuperación del capital prestado.
Obligatorio en Ecuador
En Ecuador, el seguro de desgravamen es obligatorio para créditos de vivienda y préstamos quirografarios del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (BIESS). En el caso del BIESS, los afiliados y jubilados pueden elegir entre tres aseguradoras calificadas, con una tasa del 0,72% sobre el capital adeudado en diciembre de 2024. Para otros tipos de préstamos, como los de consumo, su obligatoriedad depende de la entidad financiera, aunque Salazar recomienda contratarlo incluso cuando es opcional, dada su capacidad para prevenir problemas financieros inesperados.
El costo del seguro varía según el valor de la deuda y disminuye conforme se amortiza el préstamo. “El monto mensual es comparable a un gasto cotidiano mínimo, pero su valor se multiplica al ofrecer tranquilidad y seguridad”, destaca Salazar. La cobertura principal incluye fallecimiento por cualquier causa, pero en créditos de vivienda también abarca incapacidad total y permanente. Especialmente en ciertas enfermedades catastróficas y, en algunos casos, suicidio, siempre que haya transcurrido un tiempo desde la contratación de la póliza. Cuando ocurre un siniestro, los familiares deben notificar a la aseguradora, que verifica la cobertura tras recibir la documentación requerida.
Puede mitigar el impacto económico de los imprevistos
La relevancia del seguro de desgravamen radica en su capacidad para mitigar el impacto económico de eventos imprevistos. En un país donde los préstamos para vivienda, negocios o educación son comunes, este seguro actúa como un salvavidas para las familias, evitando que hereden deudas que comprometan su patrimonio. “Podemos ser buenos pagadores, pero contratar este seguro es un paso más para blindar la seguridad familiar”, subraya Salazar. Su accesibilidad, con costos relativamente bajos, lo convierte en una opción atractiva para quienes buscan estabilidad financiera a largo plazo.
El contexto económico de Ecuador, marcado por el aumento en la demanda de créditos, ha impulsado la popularidad de los seguros de desgravamen. Las entidades financieras, conscientes de los riesgos asociados a los préstamos, promueven su contratación como una medida de protección mutua. Además, la normativa del BIESS refuerza su obligatoriedad en ciertos casos, garantizando que los afiliados accedan a esta cobertura.
La contratación de este seguro refleja una tendencia hacia la previsión financiera. En un entorno donde la incertidumbre puede afectar incluso a los planes mejor estructurados. Al cubrir deudas en circunstancias críticas, el seguro de desgravamen no solo protege el patrimonio, sino que también ofrece a las familias la tranquilidad de enfrentar el futuro sin cargas económicas heredadas.