La Refinería de Esmeraldas, la planta más grande de procesamiento de combustibles en Ecuador, retomará sus operaciones progresivamente desde la última semana de julio. Así lo anunció la vocera del Gobierno de Ecuador, Carolina Jaramillo, quien detalló que varias unidades comenzarán a operar.
La paralización de la Refinería de Esmeraldas se produjo luego de que un incendio consumiera parte de sus instalaciones, el pasado 26 de mayo, afectando una subestación eléctrica y tanques de fueloil. Este hecho obligó a detener las operaciones, lo que impactó severamente la producción nacional de combustibles como gasolina, diésel y gas doméstico.
Refinería de Esmeraldas: un reinicio gradual y sujeto a pruebas
Jaramillo explicó que la reactivación de la refinería no será un encendido absoluto. Se realizará mediante pruebas de arranque que podrían modificar el calendario previsto. Entre las unidades que comenzarán a operar están Utilidades, Crudo 2, Vacío 2, Crudo 1 y Vacío 1. La primera prueba de producción en tanques está programada para el 18 de julio, seguida de otras pruebas el 22 de julio y durante agosto. La Unidad Crudo 2 retomará operaciones el 22 de julio y la Unidad Crudo 1 el 2 de agosto.
Estas pruebas son fundamentales para garantizar la seguridad y la estabilidad operativa de la planta, dado que el incendio dañó equipos y sistemas eléctricos. La estatal Petroecuador, responsable de la refinería, mantiene un trabajo continuo para reparar y poner en funcionamiento las instalaciones afectadas, declarando una emergencia para acelerar las reparaciones.
Impacto económico y aumento de importaciones
La paralización de la Refinería de Esmeraldas ha provocado pérdidas diarias estimadas en 1.4 millones de dólares, afectando la economía del país. Ecuador tuvo que aumentar la importación de combustibles para cubrir la demanda interna, incluyendo nafta, diésel premium y combustible para aviación. Entre el 26 de mayo y el 30 de junio, el país dejó de procesar cerca de 3.7 millones de barriles de crudo, que en cambio se exportaron directamente, generando ingresos de 235 millones de dólares. Sin embargo, esta cifra no compensó el gasto de 117.5 millones de dólares en la compra de 1.82 millones de barriles de combustibles importados.
Antes del incendio, la refinería ya operaba a un 49% de su capacidad debido a mantenimientos iniciados en septiembre de 2024, un sismo en abril y fallas en equipos críticos. En mayo de 2025, la refinación diaria cayó un 32%, alcanzando solo 51.902 barriles procesados, muy por debajo de su capacidad máxima de 110.000 barriles diarios. Esta reducción obligó a que la importación de derivados aumentara en un 11,47% en los primeros cinco meses de 2025, con incrementos significativos en combustibles como Jet Fuel (274%) y diésel premium (19,45%).