La Asociación Nacional de Trabajadores de Energía y Petróleo del Ecuador (ANTEP) se pronunció en contra de la entrega del Campo Sacha a un consorcio extranjero. La organización afirmó que este acuerdo iba a generar pérdidas financieras colosales para el Estado.
Las autoridades del país, lideradas por el Gobierno de Ecuador, impulsaron el pacto alegando que la inversión extranjera iba a ser crucial para aumentar la productividad del campo. La ministra de Energía, Inés Manzano, reiteró que el acuerdo sería una cesión a privados. Además, que el presupuesto nacional recibiría de inmediato USD 1.500 millones.
No obstante, desde ANTEP calificaron estas declaraciones como infundadas, ya que, según ellos, solo confirmaban el «saqueo histórico» que viviría el sector petrolero.
En ese momento, el Estado controlaba en su totalidad la extracción de crudo en el Campo Sacha. Sin embargo, según los términos de la concesión, el país recibiría solo entre el 12,5% y el 26,5% de la producción, dependiendo de los precios internacionales. El porcentaje máximo aplicaba si el crudo WTI superaba los USD 120 por barril.
Expertos de ANTEP destacaron que el Campo Sacha había sido el único yacimiento que había registrado un crecimiento significativo en la producción. Ha alcanzado 77.000 barriles diarios. Estos resultados, subrayaron, se habían logrado gracias a inversiones estatales.
Al final, la presión de la ciudadanía dio sus frutos. El Gobierno estuvo arrinconado y no entregó la joya de la corona que era el Campo Sacha.