El 11 de julio de 2025, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, envió a la Corte Constitucional una propuesta de reforma constitucional para implementar la castración química como sanción para delitos sexuales, con el objetivo de reducir la reincidencia en estos crímenes en el país.
¿Qué es la castración química?
La castración química consiste en la administración de medicamentos antiandrogénicos que inhiben las funciones de las hormonas masculinas, reduciendo los niveles de testosterona y, por ende, el deseo sexual. Este procedimiento, a diferencia de la castración quirúrgica, es reversible y no implica mutilación física. Los medicamentos se aplican mediante inyecciones cada tres meses, afectando la maduración folicular y la ovulación en mujeres, y disminuyendo los niveles de estrógenos y testosterona en hombres.
Además de su uso punitivo, la castración química tiene aplicaciones médicas, como el tratamiento del cáncer de próstata en etapas avanzadas. Al reducir los andrógenos, se frena el crecimiento de células cancerosas, ralentizando el avance de tumores. Sin embargo, el tratamiento presenta efectos secundarios significativos, incluyendo nerviosismo, depresión, insomnio, mareos, dolor abdominal, náuseas, erupciones cutáneas y una notable disminución de la libido.
Contexto de la propuesta de castración química en Ecuador
La iniciativa de Noboa busca incorporar la castración química al ordenamiento jurídico ecuatoriano como una medida para prevenir la reincidencia de delitos sexuales, como violaciones y abusos. La propuesta, presentada el 11 de julio, está bajo revisión de la Corte Constitucional, que evaluará su viabilidad legal y constitucional. Este método ya se utiliza en algunos países como sanción para violadores y pederastas, aunque su aplicación genera controversias éticas y médicas.
En Ecuador, la propuesta surge en un contexto de creciente preocupación por los delitos sexuales. Según datos oficiales, los casos de violencia sexual han incrementado en los últimos años, lo que ha llevado al gobierno a explorar medidas drásticas. Sin embargo, expertos advierten que la castración química no garantiza la eliminación de conductas delictivas, especialmente en agresores motivados por factores como el poder o el control, en lugar de impulsos sexuales.
Debates globales y experiencias internacionales
La castración química es un tema polarizante a nivel mundial. En el Reino Unido, desde mayo de 2025, se implementa un programa piloto en 20 prisiones para evaluar su eficacia en la reducción de la reincidencia. Las autoridades británicas han señalado que el tratamiento podría no ser efectivo para todos los delincuentes sexuales, particularmente aquellos cuya motivación no está vinculada al deseo sexual.
Entre los especialistas, hay críticas sobre los efectos secundarios físicos y psicológicos del procedimiento, que requieren atención médica y psicológica adicional. Algunos argumentan que, aunque reduce el impulso sexual, no aborda las causas psicológicas de los delitos, lo que podría limitar su efectividad. Además, la comparación con la pena de muerte en términos de controversia refleja la división entre quienes apoyan estas medidas y quienes las consideran violatorias de derechos humanos.
Perspectivas futuras en Ecuador
La propuesta de Noboa enfrenta un largo proceso de análisis en la Corte Constitucional, donde se evaluarán aspectos legales, éticos y médicos. La implementación de la castración química requeriría un marco normativo claro, así como recursos para monitorear sus efectos y garantizar el cumplimiento. Mientras tanto, el debate público en Ecuador continúa, con opiniones divididas sobre la efectividad y moralidad de esta medida.