La infancia volvió a sentirse en las calles de Portoviejo: risas, competencia sana y harina en el aire marcaron el primer festival comunitario de juegos tradicionales en la ciudadela Puerto Real.
Durante más de tres horas, vecinos de todas las edades compitieron en actividades populares que décadas atrás animaban las verbenas manabitas.
Tradición que une generaciones en Puerto Real
El evento fue impulsado por los consejos barriales La Dolorosa, San Eduardo y San Luis Gonzaga, que escogieron las canchas de Puerto Real como escenario para reavivar la convivencia comunitaria.
El presidente del consejo barrial La Dolorosa, José Vera, destacó el respaldo de varias autoridades. “Agradezco a los concejales Eraida Meza, Sara Fernández, Jorge Gutiérrez y Yandry Bazurto, así como a los jefes departamentales de Patrimonio, Higiene y Mantenimiento Vial. También a la Policía Nacional, que nos acompañó con su banda de músicos”, expresó.
Competencias y participación diversa
Los organizadores contabilizaron una amplia respuesta ciudadana, con niños, adolescentes y adultos compitiendo de forma amistosa en más de seis modalidades recreativas:
Cometas
Trompos
Bolichas
Ensacados
Juego del “30”
Caña encebada (la más ovacionada)
La gran ganadora de la jornada fue Suendy Peralta, quien logró escalar la resbalosa caña encebada y se llevó los aplausos de todo el público.
Tradiciones que generan economía
Vera explicó que esta iniciativa no solo busca rescatar las costumbres de la niñez manabita, sino también reactivar la economía local. Durante la actividad, vecinos aprovecharon para vender alimentos, bebidas y artículos artesanales, convirtiendo el encuentro en una pequeña feria espontánea.
El dirigente aseguró que esta será la primera de muchas ediciones, pues los barrios han demostrado que el entretenimiento comunitario no necesita tecnología para ser significativo, sino voluntad y organización. Lo que inició como una tarde de juegos terminó siendo una lección de identidad: las tradiciones todavía tienen fuerza cuando se viven en colectivo, y Puerto Real lo dejó claro trepando una caña encebada entre aplausos y orgullo barrial.
Los juegos tradicionales son actividades recreativas heredadas de generaciones pasadas que se practicaban en calles, patios y plazas, mucho antes de la llegada de los videojuegos y la tecnología digital. Se caracterizan por requerir pocos recursos, apelan a la destreza física o mental, y fomentan la convivencia entre niños y adultos. Más que simples competencias, estos juegos representan símbolos de identidad cultural y memoria colectiva, pues evocan la vida de barrio, el ingenio criollo y el valor del juego en comunidad.