Los moradores de la calle Tomás Larrea, en la parroquia Picoazá, vivieron una jornada especial cuando la máquina de imprimación llegó finalmente a su barrio. Esto, porque la obra ha tenido varios meses de retrasos y ahora está en su etapa final.
Carlos Gines, de 73 años, recordó haber crecido en ese lugar y calificó el momento como un sueño cumplido. “Estábamos entre el lodo y el polvo”, expresó emocionado, mientras observaba los trabajos que se ejecutaban.
Otro de los habitantes, Robson Laz, manifestó que después de cinco años residiendo en la zona, la noticia representaba un aliento. “Nuestra lucha ya está dando frutos”, indicó con evidente satisfacción, sumándose a la expectativa generada en toda la comunidad.
Avance de la obra y detalles técnicos
En total, los 332 metros lineales de la vía ya cuentan con imprimación, y se espera que el asfalto llegue a Portoviejo desde la Refinería de Esmeraldas. El Municipio de Portoviejo informó que los trabajos contemplan un nuevo sistema hidrosanitario, amplias aceras, parqueaderos, 12 luminarias LED y un sistema de riego para áreas verdes.
El contratista Fernando García confirmó que la obra presenta actualmente un 85% de avance, quedando pendiente únicamente la colocación del asfalto que representa el 15% restante.
La construcción de la calle Tomás Larrea inició el 19 de noviembre de 2024, tras la entrega del 40% del anticipo correspondiente a USD 121.008,52. El cronograma inicial establecía un plazo de 90 días que concluyó el 16 de febrero de 2025.
Financiamiento y dificultades administrativas
El Municipio de Portoviejo invierte un total de USD 302.521,30 en la obra, con un crédito otorgado por el Banco de Desarrollo del Ecuador para su financiamiento. Sin embargo, la ejecución tuvo complicaciones debido a retrasos administrativos en el desembolso de recursos, lo que ocasionó una paralización de aproximadamente dos meses y medio.
Tras la reactivación ocurrida el 13 de mayo, los equipos retomaron los trabajos para cumplir con las especificaciones técnicas. Los vecinos de la zona reconocieron la importancia de contar con una vía renovada que incluya servicios básicos y una infraestructura más segura.
Escasez de asfalto a escala nacional
La falta de asfalto a nivel nacional constituyó otra de las dificultades para concluir a tiempo los trabajos en la calle Tomás Larrea. Este problema obligó a postergar las fases de terminación, aunque se prevé que con la llegada del material desde la Refinería de Esmeraldas se complete la pavimentación.
A pesar de los inconvenientes, la comunidad de Picoazá mantiene la expectativa por inaugurar una obra que promete transformar las condiciones de movilidad y convivencia en el sector. Los vecinos coinciden en que los cambios beneficiarán no solo a los residentes, sino también a quienes transitan por la parroquia.