El Municipio de Portoviejo planea contratar un robot argentino para reparar la red hidrosanitaria, mientras Portoaguas aborda once socavones causados por un sistema obsoleto.
El Municipio de Portoviejo planea contratar una empresa argentina con un robot para reparar la red hidrosanitaria, tras registrarse once socavones en la ciudad, debido a un sistema de alcantarillado obsoleto y lluvias intensas.
Innovación para reparar el alcantarillado
El alcalde Javier Pincay anunció que el Municipio de Portoviejo evalúa contratar una empresa argentina que utiliza un robot para inspeccionar y reparar tuberías de alcantarillado. Este equipo ingresaría a la red hidrosanitaria para identificar daños y realizar reparaciones in situ. “Le hemos pedido que vengan a Portoviejo a hacer una prueba para analizar la posibilidad de contratar sus servicios”, explicó Pincay. Aunque no especificó la fecha ni los sectores para la prueba, destacó que la tecnología podría modernizar la gestión de la infraestructura urbana.
En 2017, tras el terremoto de 2016, se realizaron estudios que identificaron daños en la red hidrosanitaria, pero no se ejecutaron reparaciones, según Pincay. Esta falta de acción ha agravado los problemas actuales, especialmente en zonas vulnerables como Reales Tamarindos y la avenida del Ejército. El Municipio busca ahora soluciones innovadoras para evitar el colapso de la red.
Socavones: un problema recurrente
Desde mediados de febrero de 2025, Portoviejo ha registrado once socavones, el más reciente el 28 de abril en la avenida Sixto Guillén. Este último requirió la intervención urgente de Portoaguas, que reemplazó ocho metros de tubería de hormigón por PVC de 400 milímetros a 1.80 metros de profundidad. De los socavones, cuatro ocurrieron en Reales Tamarindos, tres en la avenida del Ejército, y uno en la avenida Manabí, Los Tulipanes, y Sixto Guillén.
Las reparaciones han reemplazado 350 metros de tubería entre febrero y abril, incluyendo 120 metros en Reales Tamarindos, 180 metros en la avenida del Ejército, y 20 metros en Los Tulipanes. Sin embargo, los trabajos avanzan lentamente. En la avenida del Ejército, el tramo entre las calles Octava y España tiene un 95% de avance, pero el socavón de Santa Ana, que requiere abrir 40 metros de calzada, permanece sin resolver.
Impacto de los socavones en la comunidad
Los socavones han generado malestar entre comerciantes, moradores y conductores. Un comerciante anónimo de la avenida del Ejército reportó una caída del 70% en sus ventas debido a las obras. Marilú Sánchez, vecina de la zona, señaló que los trabajos, prometidos para concluir el sábado previo al 29 de abril, siguen inconclusos, afectando la movilidad y la recolección de basura. En Santa Ana, María Cedeño denunció el mal olor y la acumulación de aguas servidas, un riesgo sanitario agravado por la temporada invernal.
Mauro Guillén, gerente de Portoaguas, explicó que las lluvias intensas y la antigüedad de los colectores, algunos con 52 años, han colapsado el sistema. “El ingreso de agua y lodo socava el terreno, generando hundimientos”, afirmó. La apertura de alcantarillas por ciudadanos para mitigar inundaciones ha empeorado la situación al obstruir el sistema con sedimentos.
Causas estructurales y técnicas
Carlos Bernal, ingeniero civil, atribuyó los socavones a decisiones técnicas inadecuadas. El Plan Maestro de Alcantarillado, diseñado hace más de 30 años, recomendaba tuberías de hormigón para contrarrestar las arcillas expansivas del suelo de Portoviejo. Sin embargo, el uso de tuberías plásticas, menos resistentes tras el terremoto de 2016, ha contribuido a los hundimientos. Bernal propone usar hormigón armado y construir zanjas con material filtrante para estabilizar el suelo.
Xavier Valencia, docente de la Universidad Técnica de Manabí, vinculó los socavones al movimiento de aguas subterráneas y la mala compactación del suelo, agravados por el tráfico pesado y la temporada invernal. Aunque defiende el uso de tuberías plásticas modernas, insiste en la necesidad de una compactación adecuada y mayor profundidad de instalación. Valencia recomendó un monitoreo integral de la red urbana para identificar zonas vulnerables.
Perspectiva y soluciones a largo plazo
La modernización del alcantarillado de Portoviejo requiere una inversión estimada de 8 millones de dólares, según Guillén. El Municipio busca financiamiento para reemplazar los colectores obsoletos, especialmente en zonas bajas como Reales Tamarindos y la avenida del Ejército, donde el terreno es más susceptible a hundimientos. La posible incorporación del robot argentino representa un paso hacia la innovación, pero su implementación depende de los resultados de las pruebas.
Expertos coinciden en que, sin un plan integral, los socavones seguirán afectando la seguridad y la movilidad. La temporada invernal, aunque próxima a terminar, ha evidenciado la urgencia de actuar. Mientras tanto, el Municipio y Portoaguas piden paciencia a la ciudadanía y continúan las reparaciones en los puntos más críticos.