Los gatos han conquistado los hogares con su misterio y encanto, pero sus maullidos pueden dejar a sus dueños preguntándose: ¿qué quieren decir? Según un artículo de LA NACION, los felinos usan el maullido como una herramienta sofisticada para comunicarse exclusivamente con los humanos, un comportamiento desarrollado tras miles de años de domesticación. Desde saludos amistosos hasta alertas de salud, aquí te explicamos cómo interpretar estos sonidos y fortalecer el vínculo con tu mascota.
Un lenguaje único para los humanos
A diferencia de los perros, los gatos reservan sus maullidos principalmente para interactuar con las personas, no con otros felinos. La doctora Susanne Schötz, profesora de fonética en la Universidad de Lund y autora del estudio Meowsic, explica que el maullido es un “mecanismo de apertura y cierre” de la boca que produce una secuencia vocal única, como el clásico “miau” (LA NACION, web:0). Este sonido evolucionó hace más de 5,000 años con la domesticación, cuando los gatos aprendieron a “hablar” con los humanos para expresar necesidades como hambre, frío o atención.
¿Qué significa cada maullido?
Los maullidos varían en tono, duración e intensidad, y cada uno puede indicar algo específico, según el veterinario peruano Pancho Cavero (web:18). Aquí una guía práctica:
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Maullido corto y suave: Un saludo amistoso.
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Maullido prolongado o repetitivo: Puede indicar hambre, incomodidad o necesidad de atención. Si ocurre de noche, especialmente en gatos mayores (+11 años), podría señalar dolor o enfermedades como hipertiroidismo.
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Maullido agudo e insistente: Urgencia, como hambre o ganas de jugar.
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Maullido grave o gutural: Incomodidad, estrés o molestia, a menudo por cambios en el entorno, como una mudanza.
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Maullidos durante el celo: Intensos y persistentes, buscan atraer pareja. La esterilización puede reducirlos.
El Journal of Veterinary Science destaca que gatos más vocales, como los siameses, tienen repertorios más amplios, mientras que otros prefieren gestos. Observar el contexto y el lenguaje corporal (cola, orejas, ojos) es clave para descifrar el mensaje.
Señales de alerta
Un aumento repentino en los maullidos, especialmente si va acompañado de letargo, pérdida de apetito o agresividad, puede indicar problemas de salud. Según LA NACION, condiciones como infecciones urinarias, dolor crónico o hipertiroidismo son comunes en gatos mayores.
Otros desencadenantes incluyen:
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Estrés: Mudanzas, nuevos animales o cambios en el arenero pueden generar ansiedad.
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Hambre o rutina rota: Los gatos maúllan más si no tienen un horario fijo de comida.
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Arenero sucio: Un espacio pequeño o descuidado provoca maullidos de protesta.
Humane Society recomienda limpiar el arenero diariamente y consultar al veterinario ante maullidos inusuales.
Cómo responder a los maullidos
Para mejorar la comunicación con tu gato, los expertos sugieren:
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Observar el contexto: Un maullido frente a la puerta puede significar que quiere salir.
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Establecer rutinas: Horarios fijos de comida reducen maullidos por hambre.
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Reducir el estrés: Espacios tranquilos, juguetes y escondites ayudan a gatos ansiosos.
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Interacción positiva: Responder con caricias o una voz calmada refuerza el vínculo.
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Visita al veterinario: Si los maullidos persisten o cambian, descarta problemas médicos.
La app MeowTalk, que traduce maullidos mediante IA, ha ayudado a miles de dueños a identificar estados de ánimo, aunque expertos advierten que no reemplaza la observación del lenguaje corporal.
Los maullidos son la voz de tu gato, un puente hacia sus emociones y necesidades. Desde un saludo cariñoso hasta una alerta de dolor, cada sonido cuenta una historia. Con observación, rutinas estables y cariño, puedes descifrar su lenguaje y hacer que se sienta escuchado. Como dice LA NACION, “la clave está en escuchar y observar”. ¡Dale a tu felino el amor que merece y descubre qué te está diciendo!