Pescadores desaparecidos en el 2006 no constan como muertos, pese a que ya pasaron cerca de 17 años de la última vez que se supo de ellos.
Diecisiete años 11 meses tiene desaparecida la tripulación de la fibra de vidrio Mercedes de Jesús II. En esa embarcación -que iba remolcada por el pesquero nodriza Flopema II-, desaparecieron tres pescadores artesanales de Manta identificados como José Santiana, Carlos Ávila y David Ávila. Aquello ocurrió el 8 de febrero del 2006.
Paula Moreira, esposa de José Santiana, capitán de la pequeña embarcación, dijo que en esa fecha recibió una llamada telefónica donde le comunicaban que la fibra de vidrio había naufragado por el fuerte temporal y no encontraban rastros de la tripulación.
Ella recuerda que desde ese día inició el calvario para las familias, porque buscaron por todos lados y nunca tuvieron explicaciones sobre lo acontecido.
Sobre los pescadores desaparecidos: ¿Qué conocieron del caso?
Paula mencionó que por otros pescadores pudieron conocer que en el área de pesca, cada una de las embarcaciones se alejaron a sus labores, pero en la noche, cuando tenían que volver al buque madre, la fibra donde andaba su esposo y sus compañeros no regresó. A los dos días la embarcación se ubicó volteada con todos los implementos, pero sin tripulación. La mujer relató que aunque denunciaron el caso en la Capitanía del Puerto, viajaron a Esmeraldas y Colombia a buscarlos, pero nunca tuvieron respuestas.
Para esa época, las tres hijas de Paula tenían 8, 3 y un año, y con la ayuda de sus padres y de los papás de su esposo desaparecido pudieron solventarlas hasta que ella pudo trabajar.
Paula indicó que sobre estas desapariciones nunca se efectuó trámite alguno ni en Fiscalía ni en el Registro Civil para declararlos muertos.
¿Qué dice la ley?
Según el Código Civil en su artículo 67, para declarar la presunta muerte de una persona desaparecida deben pasar al menos dos años.
La desaparición de estos tres pescadores cumplirá 18 años este 8 de febrero. El mencionado artículo del Código Civil señala que “luego de que se agoten las diligencias para averiguar el paradero de la persona desaparecida y la publicación del caso en medios de comunicación impresos, y sólo después de que hayan transcurrido por lo menos dos años, desde la fecha de las últimas noticias que se tuvieron de la existencia del desaparecido, la persona puede ser declarada muerta”.
Los interesados deberán hacer la solicitud ante un juez civil con las pruebas del caso, se informó. En Manabí muchos casos de desapariciones de pescadores que no son denunciados, señaló Carlos Carrión, dirigente de las familias con presos en el extranjero.
Actualmente la hija menor de Paula tiene 18 años y necesita el certificado de defunción de su padre para poder estudiar en España. Ella ha ido a la Capitanía y a una Notaría, donde la han direccionado con un abogado, el que -según señaló ella- le cobra tres mil dólares para ayudarle a obtener el certificado.
