La decisión del Municipio de Portoviejo de asumir, mediante comodato por 50 años, el manejo del edificio del Ministerio de Agricultura y Ganadería es un ejemplo que merece ser replicado. Esta acción no solo resuelve un problema operativo, sino que también representa un uso responsable del patrimonio estatal.
Con esta medida, el Municipio planea centralizar varias de sus oficinas que hoy se encuentran dispersas en distintos puntos de la ciudad. Al reducir el pago de arriendos, cuyos montos suelen ser elevados, se generará un ahorro que puede invertirse en la recuperación de esa infraestructura estatal que ha estado abandonada y expuesta al deterioro, a raíz del terremoto.
El edificio, ubicado en un sitio estratégico, puede convertirse en un centro administrativo moderno, digno y funcional, sin que el Cabildo deba incurrir en costosos arriendos o en grandes inversiones de construcción o adquisición de nuevos inmuebles.
Este tipo de acciones demuestran que la coordinación entre instituciones públicas permite soluciones prácticas y sostenibles. La Prefectura y otros municipios podrían aplicar fórmulas similares en favor de la optimización de recursos.
Aprovechar lo existente, en lugar de endeudarse o gastar en alquileres, es también una forma de gobernar con responsabilidad.