La diplomacia se ejerce a través del Servicio Exterior, cuyo máximo rector es el presidente de la República, y por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana (Cancillería); ésta a su vez designa a los funcionarios: embajadores, encargados de negocios y cónsules que nos representan en los países con los cuales mantenemos relaciones.
La más alta dignidad que existe dentro del servicio exterior es el embajador, llamado extraordinario y plenipotenciario. Para la designación de un embajador se requiere la aquiescencia del país receptor y se mantiene en secreto hasta que dicho país otorgue el beneplácito, llamado también “agreement”. No se anuncia su nombramiento, ya que puede darse el hecho de que el país receptor no le conceda el “agreement”.
Los embajadores llamados también jefes de misión no comienzan a ejercer funciones hasta que se realice la ceremonia solemne de entrega de las cartas credenciales al jefe de Estado del respectivo país. Gozan de inmunidad él y su residencia, que es inviolable e inalienable.
Se da la ficción jurídica de que tanto la residencia como las oficinas de la legación son una continuación del territorio soberano del país que lo represente. De ahí se deriva el derecho de asilo que concede el jefe de misión a cualquier perseguido político. El embajador comunica de inmediato a la Cancillería, a fin de que ésta solicite el asilo. Acto seguido el Gobierno Nacional concede el salvoconducto para que abandone el país, luego de comprobarse que el solicitante reúne los requisitos legales para que sea merecedor del asilo.
Una embajada consta de un jefe de misión, un ministro consejero, un consejero; primer, segundo y tercer secretario y un cónsul; además la integran los agregados militares de las tres ramas de las fuerzas armadas.
Entre sus funciones está promover las exportaciones, la cultura y el turismo. Además, puede comprometer al país firmando acuerdos o convenios previa consulta con su cancillería, en esto consiste la plenipotencia. Últimamente se está practicando la llamada diplomacia directa, consiste en que los jefes de Estado personalmente viajan al exterior para vigorizar las relaciones bilaterales. El presidente Daniel Noboa ha optado por ejercer esta diplomacia “directa”, que esperamos tenga buenos resultados.
El decano del cuerpo diplomático en la mayoría de los países es el Nuncio Apostólico, que es el embajador de la Santa Sede.
Diplomacia significa elegancia en el decir y en el vestir, tacto, cortesía, pulcritud, elegancia, lenguaje refinado, cultura, conocimiento de nuestra historia y tradiciones. Un diplomático es el reflejo del país que representa.