Con el inicio del nuevo ciclo escolar en el régimen Costa, la seguridad en los planteles educativos debe ser una prioridad. Las condiciones actuales de violencia e inseguridad hacen necesario que se refuerce la vigilancia en las escuelas y colegios para proteger a los estudiantes, tanto dentro como fuera de las aulas.
Uno de los principales focos de atención son los alrededores de los planteles, donde puede darse la venta de licor, estupefacientes y otras sustancias prohibidas. Esto representa una amenaza directa para la salud física y emocional de niños y adolescentes, quienes pueden ser víctimas del consumo o reclutamiento por parte de grupos delictivos.
Además, no se puede ignorar que el año pasado varios estudiantes fueron asesinados o heridos en las inmediaciones de los centros educativos. Estos casos revelan una preocupante vulnerabilidad y la necesidad urgente de respuestas institucionales.
La seguridad en el entorno escolar no puede depender únicamente del esfuerzo de los docentes o padres de familia. Se requiere una acción coordinada entre autoridades locales, Policía Nacional y comunidad para garantizar espacios seguros de aprendizaje.