En Manabí se necesitan más puntos para el abastecimiento de gas licuado de petróleo (GLP) destinado al parque automotor de taxis formales. La situación actual, que obliga a los conductores a movilizarse hasta Manta para cargar combustible, representa un obstáculo operativo y económico para quienes trabajan en otros cantones.
Este sistema, regulado y homologado, permite el uso de GLP como una alternativa más económica y menos contaminante frente a otros combustibles. Sin embargo, su implementación efectiva se ve limitada por la falta de infraestructura y de oferta suficiente.
Aunque se han presentado iniciativas para instalar más puntos de carga, las exigencias normativas para otorgar permisos han frenado el proceso. Esto requiere una revisión técnica y administrativa que facilite la expansión del servicio sin poner en riesgo la seguridad.
Con el reciente anuncio presidencial sobre la posible focalización del subsidio al diésel y la promoción del GLP como combustible para los automotores, urge avanzar en la instalación de dispensadores en todos los cantones. Solo así será viable una transición ordenada hacia el uso extendido de este combustible, al menos en Manabí.