La solicitud de Santo Domingo de los Tsáchilas para que la sede de la Zona Administrativa 4 se traslade a su territorio es legítima. No es razonable que sus habitantes deban desplazarse hasta Portoviejo para realizar trámites administrativos. Sin embargo, tampoco sería justo que los manabitas, que constituyen una población significativamente mayor, tengan que recorrer más de cinco horas por la misma razón.
Según el censo de 2022, Manabí cuenta con 1’592.840 habitantes, mientras que Santo Domingo de los Tsáchilas tiene 492.969. Esta diferencia demográfica resalta la necesidad de una solución equitativa que no perjudique a ninguna de las provincias.
En otras regiones del país, se han establecido zonas administrativas separadas para facilitar la gestión y el acceso a los servicios públicos. Por lo tanto, lo más adecuado sería dividir la actual Zona 4 o crear una nueva, permitiendo que tanto Manabí como Santo Domingo de los Tsáchilas tengan su propia sede administrativa. Esta medida es una mera división formal, no altera la jurisdicción ni el territorio de ninguna de ellas; simplemente busca mejorar la eficiencia y la equidad en la administración pública.
Es momento de que las autoridades consideren esta reestructuración, priorizando el bienestar y la comodidad de los ciudadanos.