.La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que entre el 29 de diciembre de 2024 y el 26 de abril de 2025, se han confirmado 212 casos humanos de fiebre amarilla en cinco países de la Región de las Américas: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. La cifra representa un incremento de más del triple con respecto a los 61 casos registrados en 2024, con una tasa de letalidad del 40 %, equivalente a 85 muertes.
Repunte de casos de fiebre amarilla
El informe de la OMS, que incluye datos actualizados hasta el 2 de mayo de 2025 en el caso de Ecuador, señala que el aumento se atribuye al incremento de los ciclos de transmisión selvática. Ante esta situación, la organización trabaja con los países afectados para implementar medidas coordinadas de respuesta.
Estas acciones comprenden la fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica, la gestión adecuada de los casos, la comunicación efectiva de riesgos, la movilización comunitaria y la realización de campañas de vacunación en zonas vulnerables.
La OMS advirtió que la aparición de casos fuera de la cuenca del Amazonas y las coberturas de vacunación dispares entre países, junto con un suministro limitado de vacunas, elevan el riesgo general a un nivel alto en la región.
Cobertura de vacunación y factores de riesgo
La fiebre amarilla, enfermedad viral transmitida por mosquitos infectados, continúa siendo endémica en partes de América del Sur. Sin embargo, el resurgimiento de casos en áreas no habituales ha encendido las alertas sanitarias.
La OMS destaca que la vacunación es la herramienta más eficaz de prevención y control. En este sentido, la organización está apoyando a los gobiernos para ampliar la cobertura mediante campañas masivas y programas sistemáticos, lo que busca elevar la inmunidad colectiva y mitigar el riesgo de nuevos brotes.
La vigilancia activa, el análisis de laboratorio oportuno, y la coordinación transfronteriza son también fundamentales, según la OMS, para frenar la propagación en zonas con fronteras compartidas y movilidad constante.
Condiciones sanitarias respectivas para 2025
La expansión de la fiebre amarilla en 2025 se enmarca en un contexto de presiones sanitarias post-pandemia. Esto debido a que múltiples países siguen enfrentando desafíos como la falta de recursos médicos, infraestructura débil y limitaciones logísticas para responder con rapidez a brotes emergentes.
La OMS considera prioritario el incremento de reservas internacionales de vacunas, así como el apoyo financiero y técnico a los países con infraestructura sanitaria limitada, especialmente zonas rurales y selváticas, donde los brotes suelen pasar desapercibidos hasta que se registran muertes humanas.
En su comunicado, el organismo multilateral reiteró su llamado a la comunidad internacional para mantener la vigilancia epidemiológica activa, incrementar la financiación preventiva, y fortalecer las capacidades nacionales de respuesta ante epidemias.