Al igual que ocurrió en la primera de enero del 2025, el tramo centro-sur fue el más afectado, pero esta vez los daños fueron mayores en la zona turística. El fuerte impacto de las olas provocó socavones de entre cinco y ocho metros en aceras y calles de esta zona turística Crucita.
Diana Castro, presidenta del GAD Parroquial, informó que se contabilizaron al menos 15 socavones a lo largo de casi dos kilómetros. La mayor afectación se registró en cinco de estos puntos ubicados en la zona de Los Arenales; otros en la parte céntrica, a la altura de las letras corpóreas y frente a hoteles. También el sector de Balsamaragua, donde las olas provocaron la erosión de varios tramos de la calle, dejando pérdidas a los pescadores de esa zona.
“La acera y la vía están muy afectadas; necesitamos una retroexcavadora para mover las piedras y limpiar la arena”, señaló la dirigente, quien este lunes 31 de marzo empleó la maquinaria del GAD Parroquial para las labores de limpieza. Aunque no se reportan familias afectadas como en enero pasado (200 en total) , Castro indicó que algunas casas de residentes y turistas están en peligro, y los negocios frente al malecón han perdido ingresos por la falta de turistas. Todo esto, a pocas semanas del feriado de Semana Santa, para el 18 de abril.
Temen que las olas sigan causando daños en el malecón
Mientras se evalúan los daños, habitantes, pescadores y dueños de negocios expresan su temor e indignación por un problema que, consideran, se puede prevenir o, por lo menos, reducir el impacto. “Esto viene desde diciembre y desde entonces ha empeorado . Ponen piedras, pero viene la ola otras vez y se la lleva. Aquí no hay autoridad que atienda a Crucita”, reclamó Reina Rivera.
Para su vecina, Flori Zambrano, la situación se vuelve cada vez más peligrosa. Su casa está frente a uno de los socavones más grandes, por lo que teme que la piedra escollera y lo que queda de la acera sean destruidos por las olas. “El miedo es que en cualquier momento venga esto hasta nuestras casas”, dijo la mujer, quien recordó que la zona afectada por el oleaje y aguaje no tiene ni un año de haber sido remodelada.
Con una inversión que superó los 1’3 millones de dólares, la Prefectura de Manabí ejecutó los trabajos de ampliación y mejoramiento en un tramo de 2,5 kilómetros del malecón. La obra, que finalizó en diciembre del 2024, incluyó asfaltado, protección con piedra escollera, aceras y bordillos.
Un muro de espigones sería la solución a largo plazo
Por su parte, Roberto Briones, director municipal de Riesgos, Sostenibilidad Ambiental y Cambio Climático, detalló que entre este 1 y 2 de abril se prevé intervenir con maquinaria para el retiro de arena. Además, indicó que el municipio enviará un informe a la Prefectura de Manabí y al gobernador para coordinar acciones, ya que la reconstrucción requiere un esfuerzo conjunto.
Castro atribuye el problema a las condiciones climáticas que empeoran cada año por el calentamiento global, pero también a construcciones portuarias en Jaramijó y Manta, que intensifican el impacto en Crucita. Para mitigarlo, coincide con Briones en que un espigón o rompeolas, valorado en aproximadamente 30 millones de dólares, es la solución definitiva, pero los recursos son limitados.
Mientras, se pide a la ciudadanía evitar la zona y colaborar con las autoridades para prevenir mayores daños en un balneario clave para el turismo local. Según reportes del Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar), las fases de oleaje y aguaje que impactan a 20 playas del perfil costero terminan este martes.