Durante décadas, la caída del deseo y los problemas de erección en hombres se han explicado casi exclusivamente por el descenso de la testosterona con los años. Sin embargo, una nueva investigación del Hospital Universitario de Münster, en Alemania, acaba de desafiar esta teoría. El declive sexual masculino no se debe solo a la edad o a las hormonas, sino que guarda una relación más directa con pequeños cambios metabólicos que podrían prevenirse.
El hallazgo lanza un mensaje optimista: es posible conservar una vida sexual saludable mucho más allá de los 60 o 70 años.
El metabolismo: un actor inesperado en la salud sexual
El estudio, dirigido por el profesor Michael Zitzmann, médico especialista en salud reproductiva, descubrió que niveles ligeramente elevados de azúcar en sangre se asocian con un deterioro en la función eréctil y la movilidad de los espermatozoides.
Es decir, no hacen falta cifras alarmantes ni un diagnóstico de diabetes para que aparezcan las consecuencias. Bastan variaciones moderadas en los valores de HbA1c —la prueba que mide el promedio de glucosa en los últimos meses— para observar cambios en la calidad sexual y reproductiva.
“Hasta ahora se asumía que la edad o la testosterona eran los factores determinantes, pero nuestros datos muestran que el metabolismo tiene un papel mucho más relevante”, explicó Zitzmann.
Un descenso menos pronunciado de lo que se pensaba
La investigación incluyó a 200 hombres sanos, de entre 18 y 85 años, que fueron monitorizados desde 2014 hasta 2020. Entre los criterios de selección: no padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares ni cáncer. De este grupo, 117 completaron el seguimiento.
Los resultados sorprendieron: los niveles hormonales y los parámetros básicos del semen (como el volumen o la concentración de espermatozoides) se mantuvieron dentro de rangos normales incluso en los participantes de mayor edad.
Sin embargo, el movimiento espermático y la función eréctil empeoraron de forma visible en quienes tenían un control glucémico menos estricto. En cuanto a la testosterona, los investigadores comprobaron que no afectaba directamente a la erección, pero sí influía en la libido o apetito sexual.
Buenas noticias: la salud sexual está en tus manos
Uno de los aspectos más esperanzadores del estudio es que la salud sexual masculina depende, en gran parte, de factores que pueden corregirse. Según los investigadores, un estilo de vida saludable tiene la capacidad de prevenir o incluso revertir este tipo de declive.
“Significa que los hombres pueden actuar de forma preventiva antes de que aparezcan problemas graves, en lugar de resignarse a perder calidad sexual con la edad”, subrayó Zitzmann.
Un nuevo enfoque para médicos y pacientes
Los autores esperan que esta evidencia sirva como base para que los profesionales sanitarios amplíen el enfoque más allá de los análisis hormonales. Esto también con la intención de poner el foco en indicadores metabólicos. “Queremos que pacientes y médicos trabajen juntos en planes que mantengan la salud sexual masculina durante más años”, concluyó el doctor.
Este descubrimiento refuerza un mensaje claro: la sexualidad masculina no está condenada a deteriorarse con el paso de las décadas. Cuidar el metabolismo y la salud general puede marcar la diferencia entre una vida sexual plena y el declive prematuro.