El viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera, informó que un agente policial murió y un capitán resultó herido con una lesión en el tronco superior durante una intervención para restablecer el orden en Llallagua, municipio del suroeste de Bolivia. Los hechos ocurrieron en medio de un bloqueo de carreteras organizado por simpatizantes de Evo Morales, conocido como “evistas”.
Según Aguilera, los manifestantes atacaron con piedras, explosivos y armas de fuego. «Producto de una cobarde y vil agresión un camarada perdió la vida y un capitán está con una herida que compromete el tronco superior. En este momento estamos esperando el tratamiento médico que permita rehabilitarlo, en tanto que lamentamos este fallecimiento producto del empleo de armas de fuego, cuando la Policía solo vino a restablecer el orden», anunció este 11 de junio el viceministro.
El contingente policial fue desplegado para despejar las vías bloqueadas por los manifestantes, quienes protestaban contra la inhabilitación de Morales como candidato presidencial para las elecciones del 17 de agosto de 2025. Las autoridades negaron que los agentes iniciaran un enfrentamiento, afirmando que solo buscaban garantizar el orden público.
Tensión previo a las elecciones
Las movilizaciones en Potosí reflejan la creciente tensión política en Bolivia, derivada de la inhabilitación de Evo Morales como candidato presidencial. El expresidente, líder del Movimiento al Socialismo (MAS), enfrenta múltiples acusaciones legales. La Fiscalía de Bolivia admitió una denuncia del Ministerio de Justicia contra Morales por delitos como terrorismo, instigación pública a delinquir y obstrucción de procesos electorales, entre otros, relacionados con los bloqueos de carreteras promovidos por sus seguidores.
El presidente Luis Arce denunció que las protestas en Llallagua dejaron más de 30 personas heridas, calificándolas como una de las jornadas más violentas de la historia reciente del país. Según las autoridades, los enfrentamientos involucraron tácticas agresivas por parte de los manifestantes, incluyendo el uso de explosivos y armas de fuego. El capitán herido se encuentra bajo tratamiento médico, mientras las autoridades lamentan la pérdida del agente fallecido.
La Fiscalía continúa investigando los hechos, con el objetivo de identificar a los responsables de la emboscada. El viceministro Aguilera subrayó que la Policía actuó sin emplear armas de fuego, lo que refuerza la narrativa oficial de un ataque premeditado por parte de los manifestantes. Este incidente agrava el clima de polarización en Bolivia, en un contexto electoral marcado por disputas legales y tensiones políticas. Los bloqueos de carreteras han afectado la movilidad y el acceso a servicios esenciales, intensificando el malestar social. (35)