El crimen organizado y las bandas de los narcos “alzan su voz” en Ecuador



Las organizaciones criminales han elevado el tono en Ecuador con sofisticados ataques y métodos, dejando un reguero de muertos que se alarga día tras día y que reflejan, según las autoridades, una creciente presencia en el país andino del narcotráfico internacional.

El último ejemplo de esta guerra sumergida en calles y penitenciarías, sobre todo del litoral ecuatoriano, fue el ataque este lunes contra la prisión número 4 de Guayas, supuestamente perpetrado con drones y que ha sorprendido a las autoridades por la tecnología empleada.

Tres explosiones causaron daños en el techo y estaban aparentemente dirigidas contra cabecillas de alguna de las bandas delictivas más conocidas en la provincia de Guayas, epicentro de esta guerra que es una proyección del narcotráfico internacional y el crimen transnacional.

“Es grave, estamos en medio de una guerra entre carteles internacionales”, advirtió el servicio penitenciario SNAI.

ESTADÍSTICAS DEL CRIMEN. El problema de la creciente criminalidad se refleja en las estadísticas desde hace dos años, porque si en 2019 se registraron 1.188 casos de muertes violentas, en 2020 subieron a 1.357, y la tendencia de 2021 es al alza: 1.229 solo entre enero y julio.

El fenómeno se da con particular fiereza en la llamada “Zona 8”, la más caliente del país y que reúne a los cantones de Guayaquil, Samborondón y Daule.

Allí, en lo que va de año, el índice de muertes violentas había crecido en un 83 %: de 234 a 430.

Detrás del incremento, el control del crimen organizado, que incluye el narcotráfico, el lavado de dinero y la trata de personas, y que ha llevado a las autoridades a reforzar la zona con efectivos militares desde principios de septiembre.

“Existen más de 350 hombres desplegados en las zonas donde hay mayor prevalencia de delitos tanto a nivel terrestre como de espacios acuáticos”, dijo hoy Héctor Hugo, subintendete de Policía, durante un operativo callejero con el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

El objetivo ha sido incautar armas a la población y sustancias ilícitas, así como mostrar una presencia disuasoria frente a posibles delitos tras 16 asesinatos en los últimos días.

LA CÁRCEL COMO REFLEJO DE LA CALLE. “La evolución de la criminalidad en Ecuador es innegable y ha ido en aumento desde hace varios años, (pero) la Policía no ha ido evolucionando a la par de la delincuencia transnacional”, consideró Marieta Campaña, periodista del diario Expreso especializada en delincuencia y justicia, y abogada.

En declaraciones a Efe explicó que las mafias y bandas se van dotando progresivamente de mayor tecnología desde el extranjero, logrando vulnerar la seguridad de las cárceles.

“Las cárceles son controladas por las propias bandas, por muchos de los elementos que han sido capturados por la policía”, aseveró.

Ese control, sumado a la corrupción reconocida por la Policía entre algunos de sus funcionarios carcelarios, ha contribuido a los sucesivos motines y enfrentamientos de los últimos dos años, con 121 muertos en lo que va de 2021, y 103 el año pasado, según la Defensoría del Pueblo.

Campaña sentencia que “las cárceles son el reflejo de lo que ocurre fuera”, porque “dentro operan las mismas bandas” y desde ellas “siguen ejerciendo sus actividades ilícitas” fuera.

Así, “Lagartos”, “Choneros”, “Chone Killers”, “Lobos” o “Tiguerones”, entre otros grupos, mantienen una lucha por el control del mapa delictivo nacional, que se concentra sobre todo en torno al puerto de Guayaquil, aunque no es el único, porque desde ahí colocan la droga en el extranjero.

“Cada uno controla un sector, y el control por el territorio es lo que produce las balaceras (tiroteos)”, afirmó Campaña, para quien Ecuador sirve de “corredor” de armas y drogas entre sus vecinos, Colombia y Perú, con “mucha influencia” de carteles mexicanos como el de Sinaloa, según han reconocido las autoridades.

La periodista remonta la espiral a 2018, cuando el Gobierno de Lenín Moreno lanzó una serie de operaciones contra bandas criminales que operaban en la frontera con Colombia.

INCAUTACIONES DE DROGA. La lucha contra la droga estos últimos años, con el creciente apoyo de EE.UU., ha generado cifras récord de incautaciones en Ecuador, saltando de 88 toneladas en 2019 a 128 en 2020, y unas 122 en lo que va de 2021, según el Ministerio de Defensa.

Pero “el éxito no está tanto en la incautación como en la lucha contra las bandas” y su “desarticulación”, un capítulo en el que Ecuador tienen aún mucho trabajo por hacer, reconocieron a Efe expertos estadounidenses en narcotráfico.

A finales de agosto, en un acto en el que participó la subsecretaria adjunta para el Hemisferio Occidental de la Oficina de Asistencia Antinarcóticos (INL), Heide Fulton, EE.UU. anunció un incremento de casi 6 millones de dólares para asistir a Ecuador en esta lucha, una cooperación que bordea desde 2019 los 30 millones de dólares.

La funcionaria explicó entonces a Efe que una parte del trabajo radica también en la “capacitación” de los distintos aparatos judiciales y fiscales y la “colaboración de la Policía para fortalecer sus operaciones y habilidad de manejar inteligencia y reaccionar”.

Una labor crucial porque las instancias ejecutivas se quejan a menudo de que arrestan a criminales que, luego, son dejados en libertad por la Justicia.



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