Huérfanas por el terremoto en Afganistán



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La noche del terremoto que sacudió el este de Afganistán las niñas Rahmina y Shazmina quedaron huérfanas. De tan solo siete y cinco años de edad, 16 de sus familiares se hallan entre los más de mil muertos por el seísmo.

“Estamos tratando de ocultar la tragedia a estas niñas pero, ¿hasta qué punto? Nos preguntan por su mamá y su papá, pero no hay coraje para contarles la verdad”, dijo a Efe su tío Dawood Khan.

Las niñas fueron rescatadas con vida de entre los escombros media hora después del terremoto en el distrito de Gayan, en la provincia de Paktika, la más afectada por el temblor de magnitud 5,9 que se llevó por delante miles de endebles viviendas de adobe.

Cuando rescataron a las pequeñas, pensaron que Shazmina también había muerto, “pero después de unos minutos nos dimos cuenta de que estaba viva”, recordó el tío.

Khan dice que lo más doloroso es ver a estas niñas sin sus padres, cuando “necesitan apoyo, su futuro, su vida”. Las hermanas, mientras tanto, atienden a sus cabras en esta región montañosa. Otros animales yacen bajo los escombros y a alguno incluso lo decapitó el golpe de una roca durante la sacudida.

UNA PÉRDIDA IMPOSIBLE DE SOPORTAR

Abdul Rahman también ha perdido a casi toda su familia, y ahora se sienta frente a su vivienda, aún en shock, mirando las habitaciones destruidas. Como él sobrevivió uno de sus hijos, que está hospitalizado, y una hija, que no se encontraba en casa.

“Perder hijos y esposa parece algo imposible de soportar, pero ¿qué hacer?, nada está en nuestras manos”, lamentó a Efe Rahman, que tuvo que enterrar a diez miembros de su familia.

La historia de Rahman no es única en Gayan, un distrito empobrecido de viviendas enclenques, con pocos modos de subsistir más allá de la agricultura.

“No sé qué hacer, cómo empezar o por dónde empezar. Mi casa quedó destruida, mis animales murieron”, dijo.

Sabe que nadie puede devolver a sus seres queridos, pero por lo menos que les proporcionen “refugios, apoyo financiero y alimentos”.

Mohammad Fazel, de 35 años, denuncia que tampoco ha recibido ninguna ayuda para reconstruir su vida tras el terremoto que le dejó inconsciente durante varias horas, hasta que cuando se dio cuenta de que “estaba entre tierra y madera bajo el piso que se derrumbó”. Perdió a su esposa, su hija de 10 años y a un sobrino de 8.

“Sí, perdí a mi esposa y a mi hija, pero tengo que vivir por el resto (de mis familiares), así que estoy trabajando para reconstruir mi casa y estoy solicitando” ayuda a las autoridades y organizaciones internacionales, dijo a Efe.

Al sentir el temblor, Zahidruhman Zahid logró huir antes de que su hogar de tres pisos se derrumbase, y pese a pedir ayuda “a gritos” para rescatar los cuerpos de sus familiares que quedaron atrapados bajos los escombros, nadie acudió en su auxilio.

Zahid lamenta que no pudo hacer nada por los suyos, porque “todos estaban ocupados tratando de rescatar a sus familias”. Fue a la mezquita en busca de apoyo, y unas ocho horas después unos pocos acudieron para retirar escombros.

“Solo mi padre fue rescatado, otros doce miembros de mi familia se alejaron de mí para siempre”, lamentó.

NIÑOS HERIDOS EN EL HOSPITAL

Mientras los supervivientes tratan de recomponer sus vidas, los hospitales siguen atendiendo a pacientes como Asma, una niña de 5 años que tiene la pierna rota y una lesión en la espalda como consecuencia del terremoto. Sus padres, abuelos, dos hermanos y dos hermanas murieron al derrumbarse su vivienda.

“Excepto su hermano de 3 años, (Asma) perdió a todos los miembros de su familia. Su casa está completamente destruida”, explicó a Efe su tío materno Mohammad Yousuf, que reveló que su sobrina había sido trasladada hasta allí en uno de los helicópteros de los talibanes.

Un funcionario del hospital de la provincia de Paktika anotó que entre los heridos hay varios niños que se han quedado completamente solos, aunque a veces alguno tiene un pequeño destello de suerte.

“Nos dimos cuenta de que una niña de 5 años no tenía familiares, había perdido a todos los miembros de su familia y no tenía a nadie que la cuidase una vez recibiera el alta”, relató a Efe el doctor Mohammad Ibrahim, director de enfermería del hospital provincial.

Pero afortunadamente, añadió, al contactar con su pueblo localizaron a un tío, que ahora está ahí para ocuparse de ella. Huérfana, pero al menos no quedó sola del todo. EFE