En las últimas dos semanas, el escenario político español se ha visto sacudido por un nuevo escándalo de fraude académico que ha derivado en la dimisión de varios cargos públicos tanto de partidos de izquierda como de derecha. El detonante fue una denuncia del ministro de Transportes, Óscar Puente, quien el 21 de julio señaló incoherencias en el currículum de la diputada del Partido Popular, Noelia Núñez.

Núñez, considerada una figura en ascenso dentro del PP y cercana a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, había sugerido que poseía licenciaturas en Derecho, Ciencias Jurídicas de la Administración Pública y Filología Inglesa. Sin embargo, tras verse obligada a aclarar sus credenciales, admitió no haber culminado ninguna de esas carreras. El 22 de julio, anunció su dimisión de todos los cargos y aseguró que se trató de una «equivocación», sin intención de engañar.

Revisión masiva de credenciales en todos los partidos

A partir de ese momento, se desató una revisión cruzada entre partidos políticos, con acusaciones mutuas sobre títulos inexistentes, estudios inconclusos o formación mal descrita. Entre los señalados figura el presidente regional de Andalucía, Juan Manuel Moreno (PP), quien fue acusado de atribuirse una licenciatura en Administración de Empresas que no figura en registros académicos públicos.

También fueron cuestionados Pilar Bernabé (PSOE), delegada del gobierno en Valencia, por incluir una supuesta licenciatura en Comunicación Audiovisual.  Y el propio Óscar Puente, que habría descrito como «máster» una formación que no correspondía a ese nivel.

La presión llevó a varios funcionarios a corregir sus perfiles públicos y a otros a renunciar a sus cargos. El 31 de julio, el socialista José María Ángel, comisionado para la reconstrucción de las zonas inundadas en Valencia, también dimitió. Esto tras una denuncia anónima que lo acusó de usar un título falso para obtener un cargo de funcionario.

Una crisis de credibilidad en la política

Mientras que el 1 de agosto, Ignacio Higuero, responsable de Mundo Rural en Extremadura, también renunció. Higuero, militante de derechas, había asegurado contar con una licenciatura en Marketing por una universidad privada que, en la fecha indicada, no ofrecía esa titulación.

El debate sobre la veracidad de los currículums ha reabierto una discusión recurrente en España: la «titulitis». O también el valor social desproporcionado asignado a los títulos académicos. El ensayista Joaquim Coll lamentó esta situación en un artículo reciente, denunciando la «falta de escrúpulos» de algunos políticos y una «política de apariencias».