A 30 minutos del bullicio de Manta, en el balneario de Santa Marianita, en una casa color melón frente al océano, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, pasó dos días en completo hermetismo. No hubo salidas, ni visitas, ni registro oficial de actividades. Afuera de la vivienda, un grupo de policías ecuatorianos fue asignado para brindar custodia.
La llegada de Petro a Ecuador, el 24 de mayo de 2025, tuvo un motivo público y protocolario: asistir a la posesión del presidente Daniel Noboa en Quito. Hasta ahí, todo transcurrió según lo previsto. Sin embargo, lo que siguió después abrió un abanico de interrogantes: ¿por qué un jefe de Estado decidió recluirse en una residencia costera sin agenda oficial ni apariciones públicas?
Gustavo Petro y las versiones
Versiones contradictorias alimentaron el misterio. Mientras algunos medios lo ubicaban en una exclusiva urbanización privada —Marina Blue, entre Manta y San Mateo—, un policía que formó parte de su equipo de custodia lo desmintió. Según esta fuente, el presidente se hospedó en una casa tranquila en Santa Marianita, desde donde regresó a Colombia dos días después en el avión presidencial, saliendo desde la base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).
En medio del creciente murmullo, Petro decidió romper el silencio hace unos días. A través de su cuenta oficial en X, explicó que su estadía tuvo un único objetivo: escribir. “En Manta, en un pequeño lugar muy alto, mirando el mar, que es hermoso allí, escribí, ese domingo 25, unas 30 páginas de mi libro”, declaró.
El proyecto literario, según sus propias palabras, profundiza en una de sus obsesiones ideológicas: la relación entre la acumulación de capital y la crisis climática, con referencias al pensamiento del filósofo japonés Kohei Saito.
Las especulaciones desde Colombia
Pero el silencio en torno a su agenda generó más preguntas que respuestas. En redes sociales y columnas de opinión, comenzaron a circular rumores que insinuaban una posible conexión con Adolfo Macías, alias «Fito», líder del grupo criminal Los Choneros. Macías fue capturado semanas después de la visita presidencial, en una casa del barrio Monterrey, en Montecristi. Petro respondió: “No tengo ni idea quién es el tal Fito”, aseguró, y recordó que durante cualquier visita oficial a un país extranjero está siempre custodiado por la fuerza pública local.
Las especulaciones, sin embargo, no cesaron. El expresidente colombiano Andrés Pastrana reavivó la polémica al cuestionar públicamente si Petro se había reunido con la excandidata presidencial ecuatoriana Luisa González y el asambleísta manabita Jaime Estrada.
Estrada negó cualquier encuentro, e incluso afirmó que no conoce personalmente a Petro. González, por su parte, no se ha pronunciado al respecto. A pesar de los desmentidos oficiales, la combinación entre el aislamiento del mandatario, la falta de agenda pública y la posterior captura de un líder narcotraficante en la misma provincia ha alimentado la narrativa de una posible agenda oculta. El Gobierno colombiano insiste en que no hubo nada más allá de un breve retiro intelectual frente al Pacífico.