Una investigación liderada por la Universidad de Monash, publicada en Nature Communications, ha demostrado que los fenómenos climáticos El Niño y La Niña fueron significativamente más intensos y con ciclos más largos durante el Eoceno Temprano, uno de los períodos más cálidos de la historia terrestre. Este hallazgo ofrece nuevas claves sobre cómo podría cambiar el sistema El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) bajo escenarios de calentamiento global sostenido.
El Niño en el pasado: más intenso y prolongado
Durante el Eoceno Temprano, hace aproximadamente 50 millones de años, las temperaturas globales eran hasta 15 °C más altas que las actuales. En ese contexto, el Océano Pacífico tropical era un 50 % más ancho que en la actualidad, lo que alteraba significativamente la interacción entre la atmósfera y el océano, generando un ENSO más vigoroso y con ciclos más espaciados en el tiempo.
El estudio utilizó modelos climáticos avanzados para separar el impacto del calentamiento inducido por gases de efecto invernadero del causado por los movimientos tectónicos. De esta manera, los científicos pudieron aislar el efecto directo del calor extremo en el comportamiento de El Niño y La Niña.
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“Eso cambió la forma en que interactuaban el océano y la atmósfera”, explicó el Dr. Abhik Santra, autor principal del estudio y miembro de la Escuela de Tierra, Atmósfera y Medio Ambiente de Monash. “Resultó en un ENSO más intenso con ciclos más largos”.
Implicaciones para el futuro climático
El ENSO es un fenómeno natural que influye en el clima global mediante variaciones en la temperatura del océano y los patrones de viento del Pacífico tropical. Su fase cálida, El Niño, puede causar sequías en Australia y Sudamérica, mientras que La Niña se asocia con fuertes precipitaciones en esas regiones.
El análisis de periodos históricos como el Eoceno aporta información clave sobre cómo este sistema podría evolucionar en condiciones de calentamiento global sostenido, a diferencia de respuestas inmediatas o transitorias. De acuerdo con el Dr. Santra, una vez que las temperaturas globales se estabilicen, el ENSO podría debilitarse ligeramente, pero seguiría siendo más fuerte que en la actualidad.
“Nuestro estudio demuestra que la relación entre el calentamiento global y el comportamiento del ENSO es más compleja de lo que se creía”, aseguró el investigador.
Aún sin consenso, pero con nuevas pistas
Si bien muchos modelos climáticos predicen una mayor variabilidad del ENSO en las próximas décadas, los autores del estudio subrayan que aún existe gran incertidumbre sobre su evolución. La complejidad del sistema atmosférico-oceánico y sus múltiples factores influyentes dificultan una predicción definitiva.
Este estudio marca un avance relevante al utilizar simulaciones paleoclimáticas para acercarse a una comprensión más profunda del comportamiento futuro del ENSO, teniendo en cuenta cómo funcionó en condiciones climáticas extremas del pasado.
Actualmente, el equipo de Monash continúa sus investigaciones sobre la variabilidad climática tropical prehistórica, en un esfuerzo por anticipar mejor los efectos del calentamiento global sobre los sistemas climáticos del planeta.