La barquita turística Rua Beach, ubicada en la rada del puerto de Manta, busca renacer con una nueva estructura tras su clausura el 27 de enero. Fernando Hurtado, propietario, asegura que la embarcación cumple recomendaciones del Municipio y la Capitanía del Puerto. Sin embargo, el proyecto enfrenta obstáculos por permisos pendientes. La comunidad espera que este atractivo turístico reactive la economía local.
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El pasado sábado, Control Territorial del Municipio suspendió la construcción por mal uso del espacio público en la playa. Xavier Briones, coordinador de gestión territorial, explicó que la obra carece de permisos de ocupación de uso, pues su construcción se hacía sobre la arena en La Poza. “Está suspendida hasta regularizar el permiso de construcción”, afirmó. Además, toda estructura naval debe construirse en astilleros autorizados. Este revés frena temporalmente el proyecto.
Briones aclaró que el Municipio apoya a emprendedores como Hurtado, pero la competencia sobre actividades marítimas recae en la Capitanía del Puerto. Por lo tanto, Rua Beach necesita permisos de la Dirección Nacional de los Espacios Acuáticos (DIRNEA). Actualmente, Hurtado solicitó una prórroga para concluir la obra. El Municipio evalúa el impacto ambiental y los materiales usados.
Cómo será el nuevo espacio turístico Rua Beach
La nueva barquita será más amplia, con capacidad para 80 personas, y contará con un segundo piso como mirador. Incorporará tres flotadores de fibra de vidrio y una estructura de metal y madera. Hurtado estima una inversión de 15 a 20 mil dólares. Además, espera finalizar la construcción en dos semanas, tras obtener los permisos necesarios.
Por otro lado, el horario de operación dependerá del departamento de Turismo municipal. Hurtado aguarda la inspección de un perito de Guayaquil para cumplir con DIRNEA. Aunque el Municipio y la Comisaría brindan facilidades, la falta de permisos retrasa el proyecto. La comunidad anhela que Rua Beach reactive el turismo en Manta.
Aunque Rua Beach representa una oportunidad para el turismo en Manta, su futuro depende de cumplir normativas.
