La terapia de frío, también conocida como crioterapia, ha ganado popularidad global como método para aliviar el dolor, reducir la inflamación y mejorar el bienestar general. Aplicada mediante baños de hielo, duchas frías o cámaras de crioterapia, esta técnica milenaria, documentada desde el 3500 a.C., está respaldada por estudios científicos recientes que confirman su eficacia en diversos ámbitos de la salud. Su uso se extiende desde atletas de élite hasta personas que buscan mejorar su calidad de vida.
El creciente interés por la crioterapia responde a una mayor conciencia sobre la salud y el bienestar. En los últimos años, figuras como Usain Bolt y LeBron James han popularizado esta práctica para la recuperación muscular, mientras que la población general la adopta para fortalecer el sistema inmunológico y combatir el estrés.
Beneficios respaldados por la ciencia
Estudios han demostrado que la exposición controlada al frío genera un estímulo de estrés positivo, conocido como hormesis, que fortalece la resiliencia celular y vascular. Según un estudio publicado en Actiage (2021), la inmersión en agua fría a 14 °C durante seis semanas incrementó los niveles de linfocitos T y B, activando el sistema inmunológico. Además, la crioterapia estimula la producción de grasa parda, que quema calorías para generar calor, ayudando a prevenir la obesidad y la diabetes tipo 2.
El Dr. Andreas Michalsen, profesor de Naturopatía Clínica en la Charité de Berlín, explica: “El frío actúa como un entrenamiento vascular, mejora la circulación y reduce la inflamación. Michalsen destaca que “La terapia es especialmente útil para tratar afecciones como el reumatismo y la artrosis”, además de favorecer la pérdida de peso cuando se combina con una dieta equilibrada.
Aplicaciones de la terapia
La crioterapia se utiliza en deportes, centros de bienestar y tratamientos médicos. Los baños de hielo y las duchas frías son métodos accesibles, mientras que las cámaras de crioterapia, disponibles en grandes ciudades, ofrecen una experiencia más intensa. Sin embargo, no es apta para todos.
Un estudio de la Universidad de Warwick (2024) analizó el Método Wim Hof, que combina crioterapia con técnicas de respiración, y encontró que, aunque reduce la inflamación, la calidad de las investigaciones es limitada, lo que exige mayor evidencia. La Dra. Cambria Glosz, dietista y experta en nutrición, subraya: “La exposición al frío puede activar la grasa parda y mejorar el metabolismo de la glucosa.
Un mercado en expansión y su impacto
El mercado global de la terapia de frío alcanzó los 8.010 millones de dólares en 2022. Este crecimiento refleja la demanda en sectores como el fitness y la medicina deportiva..No obstante, los expertos advierten que la crioterapia debe aplicarse con precaución. Las temperaturas extremas (0-12 °C) pueden causar dolor o reacciones cutáneas, como enrojecimiento, si no se controlan adecuadamente. Por ello, se recomienda consultar a profesionales de la salud antes de iniciar esta práctica, especialmente en casos de condiciones preexistentes.
Contexto histórico de la terapia
La terapia de frío no es una novedad. Desde el Papiro de Edwin Smith (3500 a.C.) hasta los métodos de Hipócrates en el 400 a.C., el frío ha sido un recurso terapéutico. Hoy, su renacimiento combina tradición y tecnología, con dispositivos modernos que facilitan su aplicación.