Nadia Pin, una joven de 22 años, asumió desde 2023 en Picoazá, Ecuador, el rol de cuidar a la Virgen de la Asunción durante las festividades del 1 al 15 de agosto, motivada por su devoción y el cumplimiento de una tradición que exige pureza.
Una tradición de fe
Cada año, del 1 al 15 de agosto, la parroquia de Picoazá, en Manabí, Ecuador, celebra a la Virgen de la Asunción, una de sus patronas. Los habitantes organizan actividades litúrgicas, festivales y bailes en su honor. En el centro de estas festividades se encuentra un rito tradicional: el cuidado y vestido de la imagen de la Virgen, tarea que desde hace dos años desempeña Nadia Pin.
Nadia fue seleccionada para este rol por cumplir con una condición esencial: ser virgen, al igual que la Virgen de la Asunción. A sus 22 años, ella asume esta responsabilidad con devoción, reemplazando a dos hermanas que, por su edad, ya no podían continuar. “Es una cuestión de fe, de entrega”, afirmó Nadia, quien describe esta labor como la mejor decisión de su vida.
El cuidado de la Virgen implica vestirla y acompañarla durante los 15 días de recorridos y celebraciones. Para Nadia, no se trata de una obligación, sino de un acto de amor y devoción inculcado desde su infancia. “Soy feliz cuidando a la Virgencita, vistiéndola”, expresó.
Testigo de milagros
Nadia asegura que su fe se ha fortalecido al ser testigo de lo que describe como milagros. Peregrinos de diversas regiones llegan a Picoazá buscando la intercesión de la Virgen, y ella ha presenciado historias de fe que han transformado vidas. “He visto cómo la fe mueve montañas”, comentó, destacando que estos testimonios son su mayor motivación.
La joven no planeaba asumir este rol, pero lo aceptó como una misión divina. “Diosito hace las cosas por algo”, dijo, convencida de que su camino está guiado por un propósito superior. Nadia no percibe su labor como un trabajo, sino como una entrega total a la Virgen y a Dios.
Su compromiso no tiene fecha de término. “Si Dios me presta vida”, afirmó, subrayando que su amor por la Virgen supera cualquier otro vínculo terrenal. Este sentimiento refleja la profundidad de su fe y su dedicación a mantener viva una tradición arraigada en la comunidad.
Contexto religioso en Picoazá
La devoción a la Virgen de la Asunción es un pilar cultural y religioso en Picoazá. Según datos de la Diócesis de Portoviejo, las festividades atraen a miles de peregrinos cada año, consolidando a la parroquia como un centro de fe católica en Manabí. La tradición del cuidado de la Virgen, transmitida entre generaciones, refuerza la identidad espiritual de la comunidad.
Nadia Pin, con su juventud y compromiso, representa la continuidad de esta práctica ancestral, que combina fe, respeto y devoción en una de las celebraciones más significativas de la región.