Josef Mengele, conocido como el «Ángel de la Muerte», era un médico nazi que realizó experimentos inhumanos. Los hizo con prisioneros en el campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial. Entre 1943 y 1945, Mengele llevó a cabo estudios pseudocientíficos que violaron toda ética médica, dejando un legado de horror y sufrimiento. Debido a sus graves delitos, este médico nunca recibió sanción alguna.
El objetivo de Josef Mengele era avanzar en las teorías raciales nazis, utilizando a miles de víctimas, principalmente judíos. utilizó también a gitanos y gemelos, como sujetos de pruebas. Mengele, nació el 16 de marzo de 1911 en Günzburg, Alemania. Se unió al Partido Nazi en 1937 y a las SS en 1938. Poseía un doctorado en antropología y medicina, llegó a Auschwitz en 1943, donde seleccionaba a los prisioneros en la «rampa».
Josef Mengele practicaba cirugías sin anestesia
Desde allí decidía quiénes iban a las cámaras de gas y quiénes eran sometidos a sus experimentos. Sus prácticas incluían inyecciones letales, cirugías sin anestesia y pruebas de resistencia a enfermedades. Todos estos experimentos se realziaron con carentes valores científicos y motivadas por la ideología nazi.
Los experimentos de Josef Mengele se centraron especialmente en gemelos, a quienes consideraba ideales para estudiar la genética y respaldar las teorías eugenésicas. Según registros históricos, a cerca de 1.500 pares de gemelos los sometió a sus pruebas, que incluían transfusiones de sangre entre hermanos, exposición a infecciones y amputaciones. Menos de 200 sobrevivieron. Estas atrocidades se llevaron a cabo en condiciones insalubres.
Murió ahogado en una playa de Brasil
Tras la caída de Alemania en 1945, Mengele huyó a Sudamérica, viviendo bajo identidades falsas en Argentina, Paraguay y Brasil. A pesar de los esfuerzos internacionales por capturarlo, nunca enfrentó un juicio. En 1979, murió ahogado en una playa de Bertioga, Brasil, bajo el alias de Wolfgang Gerhard. Su identidad se confirmó en 1985 mediante pruebas forenses. Su caso es un símbolo de los peligros de la ciencia desprovista de ética.
Organismos como el Museo del Holocausto de Washington y el Centro Simon Wiesenthal han documentado su historial. Esto para educar sobre las consecuencias del fanatismo y la deshumanización. En Argentina, donde vivió durante casi una década, su presencia generó controversias sobre la complicidad de algunos sectores en la protección de criminales nazis.
Su vida fue un caso de análisis para la ciencia
El impacto de sus acciones trasciende el tiempo, sirviendo como recordatorio de la necesidad de principios éticos en la investigación médica. Los sobrevivientes de Auschwitz, como Eva Mozes Kor, quien fue víctima de sus experimentos, han compartido testimonios que destacan la crueldad de Mengele. Actualmente, la figura de Mengele es estudiada en el ámbito académico para analizar los límites de la ciencia y los derechos humanos.
Su legado, lejos de ser un avance científico, es una advertencia sobre los extremos a los que puede llegar la ideología cuando se antepone a la humanidad. Josef Mengele contaba con el apoyo de Adolf Hitler para realizar sus experimentos en el campo de concentración de Auschwitz. Se desconoce el lugar en el que se encuentra su tumba.