Las intensas lluvias que azotan Portoviejo y otras zonas de Manabí han incrementado los riesgos de enfermedades, especialmente en áreas inundadas y afectadas por deslizamientos.
En parroquias como Calderón y Riochico, el desbordamiento de quebradas tiene a cientos de familias entre el lodo y la palizada que bajó desde las colinas con las correntadas. A esto se suman el colapso de alcantarillados, la mezcla de aguas fluviales con heces fecales y basura, y la proliferación de criaderos de mosquitos. Todo esto ha creado un escenario propicio para diversas enfermedades.
Dimas Bazurto, médico especialista en medicina tropical, advierte sobre las principales amenazas a la salud pública, destacando la vulnerabilidad de las comunidades en zonas bajas y rurales. “El riesgo es permanente”, subraya el experto, quien cita al menos cinco tipos de enfermedades que podrían afectar a la población.
1. Enfermedades gastrointestinales

Vómitos, diarrea, tifoidea y paratifoidea son comunes debido a la contaminación del agua con bacterias como Escherichia coli. La mezcla de aguas residuales y la ineficiencia del cloro residual en el suministro de agua potable agravan el problema.
Para protegerse, debe evitar el contacto con agua sucia. ¿Cómo lograrlo? Trate de usar calzado seguro (botas) y ropa larga que cubra todo el cuerpo al transitar por zonas inundadas o lodosas.
2. Peligro de leptospirosis en inundaciones

Es una enfermedad zoonótica de potencial epidémico, principalmente después de lluvias fuertes, causada por una bacteria llamada leptospira. Los seres humanos se contagian por contacto directo con la orina de animales infectados o con un ambiente contaminado por orina de animales como ratas, perros y gatos. La transmisión de humano a humano ocurre muy raramente. Su periodo de incubación es de 5-14 días, con un rango de 2-30 días.
Para evitar el contagio, evitar consumir agua contaminada (de ríos, arroyos), así como caminar, nadar, bañarse o sumergir la cabeza en ella, especialmente después de periodos de lluvias torrenciales o inundaciones.
3. Dengue (incluido dengue hemorrágico)

Las lluvias dejan criaderos de mosquitos en recipientes pequeños como tapas de botellas, floreros o acumulaciones de agua, favoreciendo la reproducción del mosquito Aedes aegypti. Cuando aparecen síntomas, lo suelen hacer entre 4 y 10 días después de la infección y duran de dos a siete días. Pueden ser: fiebre elevada (40° C), dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, entre otros.
Para protegerse, evite la recolección de agua en recipientes al aire libre para que no se conviertan en lugares de reproducción de mosquitos. Cubra y limpie adecuadamente los tanques y depósitos de agua de uso doméstico. Evite la acumulación de basura y tirar los desechos en bolsas de plástico cerradas y aplique insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua.
4. Problemas dermatológicos

El contacto prolongado con agua contaminada y lodo provoca dermatitis de contacto y, en casos más graves, infecciones bacterianas como las causadas por Staphylococcus. Además, el experto señala que la turbiedad del agua potable, debido a la sobrecarga en los sistemas de tratamiento, dificulta su potabilización, aumentando la exposición a agentes patógenos.
Trate de protegerse con guantes, botas u otros otros elementos para evitar el contacto con el agua contaminada o el lodo.
5. Tétano

Es una enfermedad infecciosa aguda causada por las esporas de la bacteria clostridium tetani, que suele encontrarse en el suelo, en las heces o en los metales corroídos que están a la intemperie.
Heridas expuestas al agua sucia o al lodo pueden derivar en esta infección, especialmente si no se toman medidas preventivas. La falta de atención médica puede provocar que el cuadro se agrave, con síntomas como calambres, rigidez muscular, entre otros. Lave y cubra cualquier corte o lesión para prevenir infecciones como el tétanos.
Yuliana Marín