Santa Ana enfrentó el martes 1 de abril de 2025 una severa inundación que alcanzó la calle Ángel Rafael Álava, la más larga y ancha del cantón. Esta es la segunda emergencia de esta magnitud de la que se tiene registro en los últimos 50 años. La primera ocurrió el 17 de abril de 2017.
Cristian Macías, jefe del Cuerpo de Bomberos de Santa Ana, explicó que el agua provino del río Grande (Portoviejo), del caudal descendente de las zonas altas y de la intensidad de la precipitación. El agua ingresó a los mercados de feria libre y de abastos ubicados en las calles Sucre y Bolívar. Allí se reportaron afectaciones en productos almacenados en las zonas bajas de los locales.
Macías indicó que las pérdidas económicas serán evaluadas en las próximas horas por la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) y el Municipio de Santa Ana. Geovanny Saltos, residente cerca del cauce, señaló que el río no creció tanto como en ocasiones anteriores. Sin embargo, las quebradas de la cabecera cantonal, combinadas con la pendiente natural desde las colinas hacia las riberas, agravaron la situación en la calle Ángel Rafael Álava.
La lluvia más fuerte de la última década en Santa Ana
Pablo María Pinargote, concejal de Santa Ana, detalló que la lluvia comenzó en la cabecera cantonal y se extendió hasta la parroquia Ayacucho, afectando comunidades como Las Guaijas. Sin embargo, en Ayacucho y Honorato Vásquez, donde hay esteros que alimentan el río Grande, la precipitación fue menos intensa. Pinargote destacó que estos esteros contribuyeron al aumento del caudal, agravando la inundación en Santa Ana. Vicente Mera, habitante de Vuelta Larga, señaló que esta fue la lluvia más fuerte de la temporada invernal 2025, superando eventos previos en la última década.
Santa Ana ha enfrentado múltiples emergencias en la estación invernal de 2025. Según la Secretaría de Gestión de Riesgos, hasta el 24 de febrero de 2025, el cantón reportó 170 familias afectadas por inundaciones, vendavales y deslizamientos. En el sitio Sasay, 26 familias sufrieron inundaciones y cuatro deslizamientos, mientras que en El Tillal, Las Guaijas y Las Piedras, otras 11 familias resultaron damnificadas. Desde mediados de febrero el Municipio de Santa Ana ha coordinado acciones para asistir a las familias. Esto incluye la extracción de enseres y la entrega de ayuda humanitaria.
Cantones más afectados en Manabí
La estación invernal ha golpeado con fuerza a varios cantones de Manabí. Según un informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos, los más afectados incluyen Portoviejo, con más de 5 mil familias afectadas, seguido de Santa Ana, Rocafuerte, 24 de Mayo, Chone, Tosagua, Bolívar, Sucre y Flavio Alfaro.
Hasta el 28 de marzo, Manabí registraba 251 eventos peligrosos, afectando a 72.236 personas. Tras Portoviejo, Sucre reporta 23 eventos y 4.965 afectados, mientras Chone suma 23 eventos. Tosagua, con nueve eventos y 3.270 afectados, y Bolívar, con ocho eventos y 6.862 personas, también enfrentan emergencias. Las alertas varían: Sucre está en roja, Montecristi y 24 de Mayo en naranja, y Tosagua y Bolívar en emergencia.
Sólo en Portoviejo, el informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos detalla 42 inundaciones, seis deslizamientos, cuatro aluviones, un vendaval, un colapso estructural y un hundimiento, sumando 29.089 personas impactadas. Las precipitaciones, que alcanzaron su pico las últimas dos semanas de febrero, provocaron la crecida de ríos y quebradas. Esto afectó especialmente a comunidades rurales como Calderón y Riochico.
Santa Ana, una ciudad expuesta a inundaciones
Santa Ana tiene un historial de inundaciones severas. En abril de 2016, la cota del embalse Poza Honda superó los 107.17 msnm, afectando 40 comunidades, según Scielo. En 2017, más de 4.000 personas resultaron damnificadas. La combinación de factores naturales, como el cambio climático, con factores humanos, como la deforestación y la ocupación de zonas de riesgo, ha incrementado la exposición del cantón a desastres. El Inamhi ha registrado un aumento en la intensidad y frecuencia de eventos extremos en Ecuador entre 1960 y 2006, una tendencia que continúa en 2025.