Alaia es una bebé de 15 días de nacida y requiere de la consulta de un otorrinolaringólogo pediátrico, pero en Manta no lo hay.
Carolina Mendoza, hermana de Alaia, contó que “la bebé nació con laringomalacia, una enfermedad en la que el tejido blando que está por encima de las cuerdas vocales cae en la vía respiratoria, lo que provoca estridor (respiración ruidosa ) cuando la niña respira”, explicó.
Esta es una enfermedad poco común y a través del call center del IESS la mamá de la bebé consiguió una cita con un pediatra en Guayaquil, que será este lunes.
Carolina señaló que aunque la consulta no será pagada, sí habrá gastos de movilización y luego los padres de Alaia esperan que les den una referencia pronta para el otorrino pediatra, aunque por lo que saben, la asignación podría tardar mínimo tres meses, ya que no siempre hay disponibilidad, se informó.
En Guayaquil, un especialista pediátrico privado cobra por la consulta alrededor de 120 dólares, a lo que se debe agregar costo de exámenes y quizás una endoscopia.
“Es lamentable que siendo Manta una ciudad que apunta al desarrollo no tenga estos especialistas”, se quejó.
Sin neuropediatra
Heidi Santana, madre de una adolescente con diagnóstico de TEA (Trastorno del Espectro Autista) y epilepsia de difícil control, también sufre por la falta en Manta de especialistas en el área de Neuropediatría.
Su hija es Ariana, de 16 años, con quien debe viajar a otras ciudades en busca de atención especializada.
Manta no tiene neuropediatras, señaló.
Yahaira González, cardióloga infantil, reconoció que efectivamente en Manta no hay especialidades pediátricas o varias son escasas.
Entre las que no hay constan: Neurología infantil, Infectología, Nefrología y Traumatología, por ejemplo.
“Solo en Manabí somos cinco cardiólogos pediatras que no abastecemos la demanda existente”, dijo González.
Por ello hay especialistas que llegan desde otras ciudades a Manta, agregó.
González señaló que si bien el hospital Rodríguez Zambrano cuenta con especialista en Cardiología infantil, este centro no cuenta con los equipos para realizar todos los estudios.
Por esto, Patricia Chinga planea hacer un bingo solidario para solventar en algo los gastos que acarreó hacerle a su hijo Austin, de 4 meses, un ecocardiograma de manera particular.