Gremio de taxistas alerta sobre vulnerabilidad frente al crimen en Portoviejo

La inseguridad en Portoviejo preocupa al gremio de taxistas, cuyos miembros aseguran que enfrentan diariamente situaciones de riesgo por el aumento de delitos violentos.
Gremio de taxistas alerta sobre vulnerabilidad frente al crimen en Portoviejo
Gremio de taxistas alerta sobre vulnerabilidad frente al crimen en Portoviejo

Sofia Saldarriaga

Redacción ED.

Sofia Saldarriaga

Redacción ED.

Sofía Alejandra Saldarriaga Palacios, 24 años. Oriunda de Manta, Manabí. Licenciada en Comunicaci... Ver más

La inseguridad que atraviesa Portoviejo ha generado preocupación entre el gremio de taxistas, quienes afirman que, desde hace varios meses, enfrentan altos niveles de riesgo en su jornada diaria, sin saber si volverán con bien a casa. Conductores señalan que la delincuencia ha empeorado y que su trabajo se ha convertido en una actividad de alto peligro.

La amenaza se siente en cada carrera

Walter Bermello, taxista del cantón Portoviejo, sostiene que el riesgo ha ido en aumento con el pasar del tiempo. “La inseguridad está bastante peligrosa, más que todo para el gremio del taxismo. Uno no sabe a qué pasajero sube ni quién lo acompaña”.

El mayor temor, según explica Bermello, es recoger carreras hacia sectores desconocidos o considerados peligrosos, sin saber si será víctima de un robo o un ataque. “Uno no sabe ni a qué barrio va, ni si el destino está dentro o fuera de la provincia. Gracias a Dios no me ha pasado nada, pero a varios compañeros sí. Les han robado mientras trabajaban”.

Para Bermello, ser taxista hoy en día representa una de las profesiones más expuestas y riesgosas. Aunque han adoptado ciertas precauciones como mantener comunicación constante entre colegas, reconoce sentirse vulnerable. “La preocupación existe desde hace tiempo, no es reciente. Vivimos con esa incertidumbre todos los días”, asegura.

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Trabajar con miedo y sin garantías

Marcos Gutiérrez, otro conductor entrevistado, asegura que salir a trabajar se ha vuelto un acto de fe. “Cada que uno sale, lo hace preocupado, yo me encomiendo a Dios. Ya no me siento seguro como antes”.

Gutiérrez considera que la situación es peor ahora que en años anteriores. “Si tuviera cómo mantenerme alejado del taxi, lo haría. La inseguridad es tremenda y no tengo otra opción de trabajo”. En su relato se evidencia una mezcla de frustración y resignación. Muchos taxistas trabajan bajo presión y sin herramientas claras para protegerse, ni desde las cooperativas ni desde las autoridades.

Casos que se repiten en el gremio de taxistas

Antonio Zambrano, otro conductor del gremio, sostiene que el clima de inseguridad está ligado a los problemas estructurales del país.  Aunque no ha sido víctima directa de delitos, afirma que en su entorno los robos y agresiones son frecuentes. “Siempre hay casos que escuchamos entre colegas. A mí no me ha pasado, pero eso siempre está ahí”.

Desde su cooperativa, no han recibido mecanismos de apoyo formales. “Uno mismo tiene que cuidarse. Si ve a alguien sospechoso, mejor no lo sube”, dice. En su opinión, la desconfianza se ha vuelto parte del trabajo diario.

“Ya no se puede andar tranquilo”

Johnny Basurto, también conductor de taxi en Portoviejo, señala que siente que el peligro está siempre presente. “Este es uno de los gremios más vulnerables. La inseguridad aumenta cada día más”, afirma.

Ha tenido que rechazar carreras porque los destinos eran zonas consideradas peligrosas o los pasajeros mostraban comportamientos sospechosos. “Ya no se puede ir a todo lugar. Esto ocurre a cualquier hora, no solo de noche”.

Basurto cuenta que muchos de sus compañeros han sido víctimas de asaltos o amenazas. Asegura que, ante el aumento de estos casos, la única defensa es la precaución personal, ya que las políticas públicas aún no ofrecen soluciones efectivas.

Una actividad esencial en riesgo

El gremio de los taxistas forma parte fundamental del sistema de transporte en Portoviejo. Diariamente, movilizan a miles de personas entre barrios, parroquias y sectores rurales. Su función resulta indispensable, especialmente en lugares donde no existe cobertura de transporte público.

No obstante, la creciente ola delictiva en Manabí ha dejado a estos trabajadores desprotegidos, pese a su rol esencial. En varias ocasiones han solicitado apoyo institucional, como botones de pánico, cámaras o seguros contra robos. Sin embargo, los avances han sido escasos.

La preocupación no solo recae en los delitos comunes como robos o asaltos, sino también en casos más graves como el sicariato, una modalidad de crimen que ha incrementado en el país en los últimos años.

Un reflejo en el Gremio de taxistas de la situación nacional

La inseguridad que afecta al gremio del taxi es una muestra del clima de violencia que vive Ecuador, especialmente en ciudades de la Costa como Portoviejo, Manta, Guayaquil o Esmeraldas.

Según datos de la Policía Nacional, los delitos de robo a personas, vehículos y homicidios han aumentado durante los primeros cinco meses de 2025, con un impacto directo en sectores como el transporte informal y la distribución de bienes.

Los conductores de taxi, por su constante exposición y contacto con desconocidos, se han convertido en una de las poblaciones más vulnerables dentro del espectro laboral.

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