El 22 de junio, la Iglesia católica celebra a San Albano de Verulamio, mártir ejecutado por su conversión al cristianismo y protección de un sacerdote durante la persecución romana.
Orígenes y conversión
San Albano, que nació en el siglo III en Verulamio (actual St Albans, Hertfordshire, Reino Unido), fue un ciudadano romano pagano de posición prominente. Según la tradición narrada por San Beda en su Historia Eclesiástica del Pueblo Anglosajón (libro I, capítulo 7), Albano dio refugio a un sacerdote cristiano perseguido, de nombre Anfíbalo, según textos posteriores. Durante varios días, el sacerdote lo instruyó en la fe cristiana, y Albano, impresionado por su devoción, se convirtió y recibió el bautismo.
Cuando las autoridades romanas descubrieron al sacerdote, Albano intercambió sus ropas con él para permitir su escape y se presentó ante los soldados como el fugitivo. Lo arrestaron y llevaron ante el gobernador.
Martirio y milagros de San Albano de Verulamio
Cuando Albano confesó su fe cristiana y se negó a sacrificar a los dioses paganos, fue azotado y lo condenaron a muerte.
Según Beda, en el camino al lugar de ejecución, un río se secó milagrosamente para permitir su paso, y una fuente brotó en la colina del martirio, que hoy se conoce como Holywell. Estos hechos conmovieron al verdugo, que se convirtió. Albano murió por decapitación.
Filosofía de San Albano de Verulamio
La filosofía de San Albano se centró en el sacrificio por la fe y la solidaridad cristiana. Su decisión de proteger al sacerdote y asumir su identidad reflejó un compromiso con los valores evangélicos de caridad y valentía.
Aunque no dejó escritos, su conversión y martirio simbolizaron la resistencia cristiana frente a la opresión pagana e inspiraron a las primeras comunidades cristianas.
Canonización y reconocimiento
San Albano fue canonizado por aclamación popular, práctica común en la Iglesia primitiva para los mártires. Es venerado como el protomártir de Gran Bretaña, el primero registrado en las Islas Británicas. Es patrono de los conversos, refugiados y víctimas de tortura.
Legado en la Iglesia de San Albano de Verulamio
El legado de San Albano perdura en la Abadía de San Albano, que el rey Offa de Mercia fundó en 793 y que se convirtió en un centro de peregrinación.
Durante las invasiones danesas, trasladaron sus reliquias a Ely, aunque su ubicación actual es incierta tras la disolución de los monasterios bajo Enrique VIII. Su culto se extendió a Australia, Canadá y Estados Unidos.