Un fondo de emergencia es una herramienta financiera esencial para enfrentar gastos imprevistos, como enfermedades, accidentes o reparaciones urgentes, que pueden desestabilizar la economía familiar. Según expertos, destinar al menos un 10% de los ingresos mensuales a este fondo garantiza tranquilidad y evita el estrés financiero. En un contexto de incertidumbre económica y sanitaria, como el actual, contar con esta reserva es más importante que nunca.
Para la economista Fernanda Gallegos, este fondo de emergencia permite a las familias vivir de «manera tranquila» durante los momentos de «vacas flacas». Por ejemplo: enfermedades, accidentes, reparaciones grandes con el vehículo, deudas caducadas o cualquier evento que requiera desembolsos altos de dinero. Sin embargo, para iniciar con esta reserva de dinero es necesario tener «disciplina y constancia».
Asimismo, está destinado exclusivamente a gastos no planificados, como emergencias médicas, reparaciones del hogar tras desastres naturales, accidentes de tránsito o la pérdida de empleo. Gallegos hace hincapié en que este fondo no debe confundirse con los ahorros para gastos planificados, como vacaciones o la compra de un vehículo, que requieren una planificación específica. “El fondo de emergencia brinda tranquilidad y evita deudas o sobreendeudamiento”, mencionó la economista
¿Cómo crear un fondo de emergencia desde cero?
El primer paso es elaborar un presupuesto familiar, recomienda la especialista. Aunque no exista una regla universal, la recomendación clásica es reservar entre tres y seis meses de gastos esenciales, como alquiler, comida y servicios. Por ejemplo, si tus gastos mensuales son 1.000 dólares, deberías ahorrar entre 3.000 y 6.000 dólares. Para hacer el cálculo multiplica tus gastos esenciales del mes por la cantidad de meses que quieres cubrir.
Comienza por incluir lo imprescindible y ve aumentando los meses de cobertura progresivamente para una mayor estabilidad financiera. Paola Carolina Aulestia, experta en finanzas y auditora externa de la Superintendencia de Compañías, recomienda la fórmula 50-20-10-10-10: el 50% de los ingresos para necesidades básicas (alimentación, vivienda), el 20% para deseos (entretenimiento), el 10% para ahorros a largo plazo (como una casa o un auto), el 5-10% para aportes a la sociedad y el 10% para el fondo de emergencia. Esta estructura ayuda a organizar las finanzas y garantizar un ahorro constante.
Consejos prácticos para ahorrar
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Análisis financiero: Detalla ingresos y gastos para identificar cuánto puedes destinar al fondo. Un 10% del salario es un buen punto de partida.
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Meta realista: Define un monto alcanzable, como 1.000 dólares en un año, lo que equivale a 83 dólares mensuales.
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Ingresos extras: Aprovecha bonificaciones, herencias o décimos para engrosar el fondo.
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Cuenta exclusiva: Guarda el dinero en una cuenta bancaria separada para evitar usarlo en gastos cotidianos.
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Ahorro en pareja: Si vives en pareja, considera crear un fondo conjunto para imprevistos familiares.
Contexto económico y motivación
En un panorama global de advertencias de recesión, como en Estados Unidos, y alertas sanitarias en Ecuador, la planificación financiera es clave. Gallegos destaca que el ahorro no solo protege la economía, sino que mejora el bienestar emocional y familiar. “Para empezar, se necesitan ganas, motivación y compromiso”, subraya. Un fondo de emergencia no solo cubre gastos imprevistos, sino que reduce el estrés financiero, cada vez más común en las familias.
Con disciplina y una estrategia clara, cualquier persona puede construir un fondo de emergencia que actúe como un salvavidas ante las adversidades. Iniciar con pequeños ahorros y mantener el hábito es el primer paso hacia la estabilidad financiera.