La decisión del Gobierno de Daniel Noboa de fusionar el Ministerio de Cultura y Patrimonio con el Ministerio de Educación ha desatado críticas en el sector cultural ecuatoriano. Fidel Intriago, candidato a la presidencia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, comentó su postura en una entrevista en Manavisión Plus. Él considera que debilita la institucionalidad cultural y refleja una falta de planificación. El anuncio, hecho el 24 de julio por la vocera gubernamental Carolina Jaramillo, forma parte de una reestructuración que incluye la salida de 5.000 funcionarios públicos.
Un retroceso para la institucionalidad cultural
En la entrevista, Intriago expresó su preocupación por la fusión. “No es correcta porque precisamente se ha luchado por una institucionalidad cultural fortalecida. La creación del Ministerio de Cultura es el resultado de una lucha que viene desde el retorno a la democracia. Siempre se buscaba especificidad: regular, emitir y planificar políticas públicas desde cada campo específico”, afirmó.
También recordó que, la creación del Ministerio de Cultura fue un logro tras décadas de lucha, desde el retorno a la democracia. Su propósito era establecer políticas públicas específicas para el sector. Sin embargo, señaló que el ministerio no ha cumplido con las expectativas establecidas por la Constitución, que reconoce un Sistema Nacional de Cultura liderado por este ente rector desde 2009.
El candidato a la Casa de la Cultura Ecuatoriana destacó que el sistema cultural no ha funcionado como se esperaba. “Desde la creación del Ministerio hasta ahora, nunca ha habido un trabajo conjunto entre el Ministerio y la Casa de la Cultura a nivel nacional. Ha habido iniciativas aisladas y apoyos específicos con algunos núcleos, pero nunca una articulación nacional”, dijo Intriago. Subrayó que solo ha habido apoyos aislados a algunos núcleos, sin una articulación efectiva. Esta desconexión, según él, ha limitado el desarrollo cultural del país.
Entrevista con Fidel Intriago en Manavision Plus
Protestas y falta de claridad
La fusión generó reacciones inmediatas. El 25 de julio, gestores culturales y colectivos se manifestaron frente al Ministerio de Cultura en Quito. Exigieron revertir la decisión, argumentando que fue improvisada y sin diálogo previo. La Universidad de las Artes de Guayaquil y otros gremios también expresaron su rechazo. En Portoviejo, artistas convocaron una protesta para visibilizar su oposición.
Oportunidad para la Casa de la Cultura
Pese a su rechazo, Intriago ve en la fusión una posibilidad para la Casa de la Cultura. Propuso que la institución retome un rol protagónico, perdido tras la creación del ministerio. “La Casa de la Cultura tiene presencia territorial e infraestructura en las 24 provincias”, destacó. Esto, según él, le da una ventaja sobre el ministerio, que carecía de alcance nacional. Sin embargo, advirtió que la fusión podría incrementar la burocracia y reducir el presupuesto cultural.
El candidato señaló que el presupuesto de la Casa de la Cultura pasó de 17 millones de dólares hace ocho años a 11 millones actualmente. La fusión, afirmó, implicará una reducción presupuestaria. “Está claro que habrá una reducción, porque la fusión pretende eliminar partidas dentro del Ministerio. Eso significa limitar la capacidad operativa. Ser absorbido por otro ministerio incluso aumenta la burocracia”, explicó Intriago.
Demanda de claridad y acción
Intriago enfatizó la necesidad de respuestas concretas. Los artistas exigen saber qué pasará con los institutos de fomento y el fondo de fomento cultural, que depende de ingresos estatales. Aunque este fondo está protegido, la falta de claridad genera preocupación. El candidato instó a la Casa de la Cultura a liderar iniciativas para recuperar el liderazgo cultural. Propuso aprovechar la infraestructura existente para ejecutar planes y proyectos que beneficien a la ciudadanía.
El sector cultural espera que el Gobierno dialogue con los actores involucrados. Mientras tanto, Intriago insistió: “La Casa de la Cultura debe dar un paso al frente y decir: “Oigan, podemos recuperar el radio de acción que le correspondía al Ministerio de Cultura”, e incluso aprovechar mucho mejor los presupuestos en planes y proyectos a favor de la ciudadanía”, enfatizó. La fusión, aunque controvertida, podría ser una oportunidad para fortalecer la institución y garantizar los derechos culturales establecidos en la Constitución.