El ciudadano salvadoreño Kilmar Abrego, deportado erróneamente por Estados Unidos en marzo pasado pese a contar con estatus de protección temporal, permanece recluido en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) de El Salvador, según informó este lunes 14 de abril el Departamento de Estado, que asegura que el hombre está “vivo y a salvo”, cumpliendo así con lo dispuesto por la jueza federal Paula Xinis.
EE.UU. reconoce error, pero no logra repatriación
La deportación de Kilmar Abrego, residente en Maryland y beneficiario del estatus de protección temporal desde 2019, se produjo pese a una orden judicial que impedía su expulsión. El funcionario Michael Kozak, del Departamento de Estado, declaró bajo juramento que Abrego se encuentra en el CECOT, una cárcel criticada por organismos internacionales por las condiciones en que mantiene a los internos.
La jueza Paula Xinis exigió a la Administración estadounidense informes periódicos sobre la salud y paradero de Abrego, además de una orden para facilitar su regreso. Sin embargo, el Tribunal Supremo no ha emitido una directriz clara sobre su repatriación.
En su defensa, el gobierno estadounidense reconoció que la deportación fue un «error administrativo«, pero alega carecer de jurisdicción para repatriarlo.
Bukele rechaza repatriar a Kilmar Abrego
Durante una reunión con el entonces presidente Donald Trump, el presidente salvadoreño Nayib Bukele admitió que podría liberar a Abrego. Pero, se negó a facilitar su retorno a Estados Unidos. “¿Fui yo quien lo introdujo ilegalmente en EE.UU.?”, cuestionó Bukele. El mandatario se mostró además reticente a excarcelar a Abrego, a quien calificó de “terrorista”.
“No me gusta mucho liberar a terroristas”, dijo Bukele, en referencia a las acusaciones que vinculan a Abrego con la Mara Salvatrucha (MS-13). Esto es algo que los abogados del detenido niegan categóricamente.
La prisión donde se encuentra Abrego ha sido señalada por organismos de derechos humanos debido a sus condiciones de hacinamiento y presunto uso excesivo de la fuerza.
El caso reabre debate sobre deportaciones y derechos
Este caso ha reactivado críticas contra las políticas migratorias de la era Trump. Particularmente las deportaciones fundamentadas en la Ley de Enemigos Extranjeros, una norma del siglo XVIII concebida para situaciones de guerra.
Diversas organizaciones civiles han denunciado que estas acciones carecen de garantías legales adecuadas, especialmente cuando los afectados tienen estatus de protección vigente y enfrentan peligros si regresan a sus países de origen. Uno de esos es Abrego.
Por ahora, Kilmar Abrego sigue detenido en El Salvador y su situación legal se mantiene sin resolución definitiva. Estados Unidos afirma que continuará brindando actualizaciones sobre su estado mientras se mantiene el proceso judicial abierto.