El incendio que afecta desde el martes 5 de agosto al macizo de Corbières, en el departamento de Aude, al sur de Francia, ha consumido más de 16.000 hectáreas, convirtiéndose en el siniestro forestal más devastador del país desde 1949. Las autoridades informaron este viernes que el fuego “ya no avanza”, aunque no está completamente controlado, y más de 2.000 bomberos siguen trabajando en la zona.
Incendio sin precedentes en Francia
Las llamas, que se iniciaron a inicios de semana, se propagaron con rapidez debido a las altas temperaturas y condiciones de sequedad extrema en el macizo de Corbières. Según informó Christian Pouget, prefecto del departamento de Aude, aún se evalúa el impacto exacto sobre terrenos agrícolas y viñedos, que en una primera estimación alcanzarían unas 900 hectáreas afectadas.
El fuego ha dejado más de 30 viviendas con daños estructurales y unos 40 vehículos completamente calcinados. Además, un fallecido y trece personas heridas, entre ellas dos civiles y un bombero en estado crítico, forman parte del balance provisional de víctimas.
Inicialmente se reportaron tres personas desaparecidas, pero este viernes las autoridades confirmaron que todas han sido localizadas en buen estado.
Recursos desplegados para la emergencia por incendios en Francia
El operativo de extinción continúa con la participación de más de 2.000 bomberos, apoyados por 500 vehículos terrestres y numerosos medios aéreos, entre ellos aviones cisterna y helicópteros especializados. Las tareas se han centrado en contener los focos activos, proteger zonas residenciales cercanas y evitar nuevos brotes impulsados por los vientos cambiantes.
Aunque el frente principal del incendio ya no se expande, las autoridades mantienen la alerta ante posibles reactivaciones, especialmente durante las próximas horas, cuando se esperan condiciones climáticas aún desfavorables.
El primer ministro francés, François Bayrou, se encuentra en la zona supervisando las labores de respuesta. Durante sus declaraciones, afirmó que el siniestro “nos recuerda de forma contundente las consecuencias del cambio climático”.
El cambio climático, en el centro del debate
La magnitud del incendio ha reavivado el debate sobre los efectos del cambio climático en la intensidad y frecuencia de los incendios forestales en Europa. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó en redes sociales su solidaridad con Francia y lanzó una advertencia global: “Si no adoptamos medidas rápidas y colectivas, no es cuestión de si habrá nuevas catástrofes, sino de cuándo ocurrirán“.
Expertos del Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas (INRAE) han señalado que el sur de Francia es cada vez más vulnerable a eventos extremos debido al aumento de las temperaturas, la disminución de la humedad del suelo y la alteración de los regímenes de lluvia.
El incendio de Corbières supera en superficie quemada a cualquier otro registrado en Francia desde mediados del siglo XX, lo que lo convierte en el más destructivo desde 1949, un año también marcado por una sequía intensa y olas de calor prolongadas.
Impacto ambiental y recuperación en Francia
Además de la pérdida material, los expertos advierten sobre el impacto ecológico a largo plazo, que podría incluir la pérdida de biodiversidad, alteración de ecosistemas y erosión del suelo. El gobierno francés anunció que, una vez controlado el fuego, se pondrá en marcha un plan de recuperación ambiental y agrícola, incluyendo compensaciones para las familias y productores afectados.
La región de Occitania, donde se encuentra el macizo de Corbières, alberga zonas de alto valor natural y reservas ecológicas que podrían haber sido afectadas, aunque aún no se ha completado una evaluación detallada.
Las autoridades también han pedido a la ciudadanía evitar desplazamientos innecesarios en la zona y mantener la cooperación con las medidas de seguridad establecidas.