Muerto hace 12 años, un libro revela detalles desconocidos del Cuentero de Muisne.
El estafador más famoso de Ecuador fue capaz de vender una calle, la torre de un reloj, se hizo pasar por presidente de la República, sacerdote y hasta monja. Esta es la historia del Cuentero de Muisne.
Dante Reyes nació en 1947 en Muisne, Esmeraldas, fue ingeniero agrónomo y se dice que era culto e inteligente y esas cualidades le habrían permitido vivir de la estafa.
El Cuentero de Muisne inició sus fechorías a los 22 años. En ese entonces se hizo pasar por un empresario venezolano que quería invertir y crear empleos. Con esa mentira se hospedó en un hotel lujoso de Esmeraldas. Incluso hubo un festejo en honor al “empresario”. Obtuvo dinero para el negocio falso, pero las autoridades descubrieron su estafa y fue a la cárcel.
El cuentero en la iglesia
En otra ocasión viajó a la ciudad de Cuenca. Se había enterado que en una iglesia faltaba un sacerdote. Por tres meses dio misa, confesó a los creyentes y oficializó matrimonios. Como las limosnas no le daban mayor ganancia, decidió dejar la iglesia.
Una de sus estafas más famosas fue la venta de la Torre del Reloj municipal de Guayaquil. En 1980, una pareja de suizos llegó de turista. El Cuentero decidió estafarlos. Les dijo que era dueño del reloj y que estaba vendiéndolo. La pareja pagó 160.000 sucres, la moneda de aquella época.
Dante Reyes les entregó unas escrituras. Cuando los extranjeros fueron a inscribir el título de propiedad, les informaron que el edificio pertenecía a la ciudad y no a una persona particular.
Entre sus engaños está la venta de una calle de Guayaquil, la gerencia de una empresa haciéndose pasar por un ingeniero japonés de nombre Dante Makoto Chimbolo.
Robo, muerte y la cárcel
El cuentero se hizo pasar también por el presidente de Costa Rica para hospedarse en un hotel lujoso y hasta fingir ser una monja para escapar de la cárcel. En octubre de 2004 fue detenido y acusado de robar un vehículo y de la muerte del dueño del carro. Lo condenaron a 25 años de prisión. Murió en la cárcel por complicaciones cardiacas.
En una entrevista hizo la siguiente declaración: » Me dicen el Cuentero de Muisne porque siempre he hecho mi ‘quiquirimiau’ a base de un verbo fluido, que lo aprendí en la universidad de la vida».