La familia Silva le ha dedicado más de 30 años a los monigotes.
Jhon Jairo, dice que heredó de su padre el oficio de crear los tradicionales años viejos.
Ambos trabajan en su casa, en la cooperativa Jorge Mahuad, y son conocidos en la ciudad por la labor que realizan.
Los muñecos, que copan toda la terraza de la vivienda de los Silva, son visibles desde la avenida Abraham Calazacón.
Jhon Jairo, cuenta que hacer monigotes es un trabajo de todo un año y que los resultados se ven en diciembre.
El 2020 ha sido diferente para ellos.
Al principio de la pandemia, pararon la mano de obra, pero luego retomaron el oficio, pues quedarse de brazos cruzados no era una opción.
En sus bodegas, guardan gran cantidad de monigotes, aunque la cifra es inferior a años anteriores.
“Tenemos unos mil, entre pequeños y grandes. En otros tiempos duplicábamos ese número”, recuerda Jhon Jairo.
Los Silva temían que las personas se resistieran a comprar los muñecos.
Políticos, figuras públicas, talentos de televisión, futbolistas, personajes de caricaturas, superhéroes y hasta el virus que ha paralizado al mundo (covid), se venden en la casa de los Silva.
Los precios son variados: hay desde 5 hasta 80 dólares.
> Afectados. El lunes, el director del Servicio Integrado de Seguridad ECU 911, Juan Zapata insistió en que la quema de monigotes en espacios públicos y la pirotecnia están prohibidos a nivel nacional y ratificó que las medidas restrictivas tomadas para contrarrestar el contagio de covid-19 en Ecuador se mantienen hasta el 3 de enero.
El COE Cantonal también se acogió a las medidas dispuestas por el COE Nacional y añadió la prohibición de venta de años viejos en espacios y lugares públicos, “solo está permitido hacerlo en los 12 mercados del barrio implementados por la municipalidad”.
Jhon Jairo, considera esta medida como grave y dice que sus ventas se verán perjudicadas.
El lunes, los miembros de la Asociación de Vendedores de Monigotes se iban a reunir con las autoridades para buscar una solución que no los perjudicara.
Hace 15 años que Eloy Castro se dedica a la elaboración de muñecos en la cooperativa Santa Martha.
El hombre dice que la no realización de la tradicional feria del monigote, la cual se ubicaba en el recinto ferial, afectará su bolsillo.
La mayoría de los años viejos que él elaboraba los enviaba a ciudades cercanas y solo una parte los distribuía en Santo Domingo.
“Este año me tocó bajar la producción. Decidí hacer sólo 250 y espero que salga la mayoría. En otros años había hasta 700, pero la pandemia y la crisis me frenaron”, señaló.
> Tradición. Los tradicionales monigotes son claves para recibir el nuevo año. Estos pueden ser de cartón, papel periódico o aserrín.
Tradicionalmente se los elabora con la familia o los amigos, en casa o en comunidad con el barrio. Pueden ser desde muy básicos y económicos, con ropa vieja y una sencilla careta, hasta muy elaborados, gigantes y costosos, pero desde hace algunos años predominan los hechos con periódico o cartón.
Al menos esos son los materiales que utiliza Segundo Torres, quien desde hace 15 años se dedica también a esta actividad.
Su taller lo tiene en la terraza de su vivienda, ubicada en un tramo de la calle Clemencia de Mora, en la cooperativa 30 de Julio.
La emergencia sanitaria y un accidente en el que sufrió quemaduras, frenaron su trabajo y sólo alcanzó a fabricar 120 monigotes. En otros años superaba los 300.
Las caretas le llegan desde Quito y está pensando seriamente en dejar el oficio.
Los años viejos de Abdalá Bucaram y Lenín Moreno son los que más ha elaborado para despedir un 2020 que ha sido considerado un año de mucho dolor.