El consumo de café por las mañanas es una práctica común en millones de hogares, pero ¿es realmente beneficioso o podría tener efectos negativos? Estudios científicos y expertos en salud destacan tanto las ventajas como los riesgos de esta bebida, que forma parte de la rutina diaria de muchas personas, incluyendo a los ecuatorianos. Aunque el café puede mejorar la concentración y el estado de ánimo, su consumo excesivo o en ciertos contextos puede generar problemas como ansiedad o trastornos del sueño.
Beneficios del café matutino
El café, gracias a su contenido de cafeína, es un estimulante natural que favorece el estado de alerta. Según un estudio publicado en The Journal of Nutrition (2023), una taza de café por la mañana puede mejorar la función cognitiva y la memoria a corto plazo. La doctora Ana María Torres, nutricionista de la Universidad San Francisco de Quito, explica que “la cafeína estimula el sistema nervioso central, lo que ayuda a las personas a sentirse más despiertas y enfocadas durante las primeras horas del día”. En Ecuador, donde el café es un producto emblemático, se estima que el 65% de la población adulta consume al menos una taza diaria, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC, 2024).
Además, el café contiene antioxidantes como los polifenoles, que pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Un informe de la Universidad de Harvard (2024) indica que el consumo moderado de café, de 2 a 3 tazas diarias, se asocia con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Este beneficio es especialmente relevante en un país como Ecuador, donde las enfermedades cardíacas representan una de las principales causas de mortalidad.
Riesgos de un consumo excesivo
Sin embargo, el café no está exento de riesgos. El exceso de cafeína puede provocar efectos adversos, especialmente si se consume en ayunas. El doctor Carlos Rivera, endocrinólogo del Hospital Metropolitano de Quito, advierte que “tomar café sin haber ingerido alimentos puede irritar el revestimiento del estómago y aumentar la acidez, lo que podría derivar en problemas gástricos”. Asimismo, un estudio de la Universidad de Bath (2021) señala que el consumo de café antes del desayuno puede alterar los niveles de glucosa en sangre, afectando el control metabólico.
Otro inconveniente es el impacto en el sueño. La cafeína tiene una vida media de 5 a 6 horas, por lo que consumir café después de media mañana podría interferir con el descanso nocturno. En Ecuador, donde el estrés laboral afecta al 47% de la población según el INEC (2024), el consumo excesivo de café puede agravar síntomas de ansiedad o insomnio.
Moderación: La clave del equilibrio
Los expertos coinciden en que la clave está en el consumo moderado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no exceder los 400 mg de cafeína diarios, equivalente a unas 3 tazas de café filtrado. Torres sugiere acompañar el café con un desayuno balanceado para minimizar los efectos en el estómago. Además, personas con hipertensión o sensibilidad a la cafeína deben consultar a un médico antes de incorporarlo a su rutina.
En el contexto ecuatoriano, el café no solo es una bebida, sino parte de la identidad cultural. Regiones como Loja y Manabí producen granos de alta calidad, lo que impulsa su consumo local. Sin embargo, los especialistas insisten en que los beneficios del café dependen de la cantidad. Además del momento del consumo y las condiciones de salud de cada persona.
Conclusión: Un hábito con matices
El café matutino puede ser un aliado para empezar el día con energía, pero su consumo debe ser consciente. Tanto los beneficios cognitivos y antioxidantes como los riesgos de irritación gástrica o insomnio son factores que los consumidores deben evaluar. Con moderación y un enfoque informado, esta bebida puede seguir siendo parte de la rutina diaria sin comprometer la salud.