El ministro de energía (s), Guilhermo Ferreira, aseguró este jueves 3 de julio que Ecuador no enfrentará apagones, a pesar de la paralización temporal de tres centrales hidroeléctricas, incluida Coca Codo Sinclair, debido a la acumulación de sedimentos causada por intensas lluvias en la Amazonía. Las autoridades garantizaron que el sistema eléctrico nacional operará con normalidad mediante el uso de energía termoeléctrica y el aporte del complejo hidroeléctrico Paute Molino.
El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) ha solicitado al sector privado autogenerar energía para reducir la presión sobre el sistema eléctrico. Las hidroeléctricas retomarán operaciones una vez que los niveles de sedimentos disminuyan, lo que se espera ocurra tras el cese de las lluvias, previstas hasta al menos el 28 de julio.
Compensación con energía termoeléctrica
La paralización de las hidroeléctricas, que representan una parte significativa de la generación eléctrica del país, se decidió como medida preventiva para evitar daños en las turbinas. Las fuertes lluvias en la región amazónica han incrementado la acumulación de sedimentos, afectando el funcionamiento de las centrales. Entre las afectadas está Coca Codo Sinclair, una de las principales hidroeléctricas del país, ubicada en la provincia de Napo.
Para garantizar el suministro eléctrico, las autoridades han recurrido a plantas termoeléctricas, que operan con combustibles fósiles. Además, el complejo hidroeléctrico Paute Molino, ubicado en Azuay, continúa siendo un pilar fundamental para cubrir la demanda energética nacional.
Medidas para estabilizar el sistema
El Cenace ha implementado estrategias para optimizar el uso de la energía disponible. Además de exhortar al sector privado a generar su propia electricidad, las autoridades han reforzado la coordinación con otras centrales operativas. Este enfoque busca mantener la estabilidad del sistema mientras se resuelve el problema de los sedimentos, un fenómeno recurrente durante la temporada de lluvias en la Amazonía.
El viceministro Ferreira destacó que las medidas adoptadas aseguran la continuidad del servicio eléctrico en todo el país. “No habrá apagones. El sistema está preparado para responder a esta situación”, afirmó en una declaración oficial.
Pronóstico de lluvias
Las lluvias intensas en la Amazonía, que han generado la acumulación de sedimentos, son un fenómeno estacional que afecta periódicamente a las hidroeléctricas ecuatorianas. Según el pronóstico del gobierno, estas condiciones climáticas persistirán al menos hasta el 28 de julio, lo que retrasará la reanudación plena de las operaciones en las centrales afectadas.
A pesar de la suspensión temporal, el sistema eléctrico nacional cuenta con una capacidad instalada suficiente para evitar interrupciones, gracias a la diversificación de fuentes energéticas. El uso de termoeléctricas, aunque más costoso y menos sostenible, permite cubrir el déficit mientras se normalizan las operaciones hidroeléctricas.
Perspectivas de apagones
El gobierno y el Cenace monitorean de cerca la situación para garantizar que no haya impactos en el suministro eléctrico. Las autoridades han indicado que, una vez que los niveles de sedimentos disminuyan, las hidroeléctricas retomarán su funcionamiento sin mayores contratiempos.
Mientras tanto, el complejo Paute Molino, que genera aproximadamente el 35% de la energía hidroeléctrica del país, sigue siendo clave para mantener la estabilidad del sistema. Las medidas adoptadas reflejan un esfuerzo por balancear la oferta y la demanda energética en un contexto climático adverso.
Ecuador, con una matriz energética que depende en gran medida de la generación hidroeléctrica, enfrenta desafíos recurrentes durante la temporada de lluvias. Sin embargo, la combinación de fuentes alternativas y la gestión eficiente del sistema eléctrico aseguran, según las autoridades, que el país no experimentará cortes de energía en el corto plazo.