El presidente Donald Trump afirmó que los casos de autismo en niños han aumentado significativamente, pasando de 1 en 10.000 a 1 en 31, y prometió investigar las causas de esta “epidemia” durante una comparecencia en la Casa Blanca.
Sus declaraciones, que sugieren una posible relación con factores externos, han reavivado debates científicos y sociales en Estados Unidos.
El aumento de diagnósticos de autismo
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), los diagnósticos de trastorno del espectro autista (TEA) han aumentado en las últimas décadas, pasando de 1 en 150 niños en 2000 a 1 en 31 en 2023. Este incremento se atribuye principalmente a mejoras en los métodos de diagnóstico y mayor conciencia social, aunque los factores exactos siguen siendo objeto de estudio. Trump, en su alocución, señaló que “algo está sucediendo” y expresó su intención de abordar este tema con investigaciones federales.
Reacciones científicas y sociales
La comunidad científica ha reiterado que no existe evidencia que relacione las vacunas con el autismo, una teoría que Trump respaldó en el pasado. En 2017, la Academia Estadounidense de Pediatría y otras organizaciones enviaron una carta a Trump desmintiendo estas afirmaciones, respaldadas por numerosos estudios.
En febrero pasado, el presidente se reunió con Robert F. Kennedy Jr., principal del Departamento de Salud, quien también ha promovido teorías sobre vacunas y autismo, aunque sin pruebas científicas.
Iniciativas propuestas por Trump
Trump ha anunciado planes para financiar estudios que investiguen “toxinas ambientales” como posibles causas del autismo. En marzo, se conoció que David Geier, un conocido crítico de las vacunas, liderará un programa para reexaminar esta relación, decisión que ha generado críticas de expertos.
El CDC continúa estudiando factores genéticos y ambientales, pero enfatiza que no hay una causa única identificada para el TEA. El mandatario estadounidense considera que entre las causas del autismo hay «factores externos».
«Tiene que se algo en el exterior. Debe ser inducido artificialmente. Tiene que serlo. Y no vamos a permitir que nuestro sistema de salud pública sea capturado por las mismas industrias que se suponen deber supervisar. Así que estamos exigiendo las respuestas y por eso ya estamos aquí. Estamos eliminando ocho de los colorantes alimentarios artificiales más comunes», afirmó.
“I created the Presidential Commission to Make America Healthy Again, and today, the Commission officially delivers its first report on childhood health…. Something’s wrong, and we will not stop until we defeat the chronic disease epidemic in America.” –President Donald J. Trump pic.twitter.com/1tqZo4I93b
— The White House (@WhiteHouse) May 22, 2025
Impacto en la política de salud
Las declaraciones de Trump han coincidido con propuestas para recortar aproximadamente un tercio del presupuesto federal en salud. Esto podría afectar programas de diagnóstico temprano e intervención para el autismo, que reciben 419 millones de dólares anuales en financiación. Organizaciones como ABA Centers of Florida han expresado su compromiso de seguir brindando apoyo a familias afectadas, independientemente de los cambios políticos.
El debate sobre el autismo en Estados Unidos se intensifica ante las promesas de Trump de priorizar investigaciones. Sin embargo, expertos advierten que desviar recursos hacia teorías no respaldadas científicamente podría limitar el acceso a servicios esenciales. Las discusiones sobre políticas de salud y autismo seguirán siendo un tema clave en la agenda nacional.