En los sectores La Libertad 2 y Miraflores Alto, ubicados en la parroquia Andrés de Vera, de Portoviejo, decenas de familias lidian con la falta de agua potable debido a la suspensión del servicio, provocada por un deslizamiento de tierra activo detectado en abril.  La emergencia, que se evidenció con hundimientos de calzada en varios puntos, se reportó a mediados de abril. Entonces, el Municipio de Portoviejo detectó la afectación agravada por la aglomeración de bolsas de agua subterráneas y malas prácticas, como rellenos sobre quebradas donde se construyeron viviendas.

Para evitar más daños en el área y reducir el riesgo para las familias, el Comité de Operaciones Emergentes (COE) Cantonal  resolvió cerrar el suministro de agua para evitar filtraciones en el suelo. Desde entonces, vecinos como Héctor Delgado, habitante de la calle Chimborazo, en Miraflores Alto, viven una sequía debido a la falta de agua en sus hogares. Cuenta que ha invertido más de 200 dólares en mangueras y tanques para conectarse a la casa de una vecina y obtener agua por unas pocas horas al día.

#Portoviejo | En los sectores Libertad 2 y Miraflores Alto, decenas de familias enfrentan la falta de agua potable debido a la suspensión del servicio, provocada por un deslizamiento de tierra activo detectado en abril. pic.twitter.com/kd1bikAWpO

— Manavisión Canal 9 (@manavisionec) June 10, 2025

“Somos unas diez familias solo en la sexta transversal, y los que envía el municipio no alcanzan para todos”, dice su esposa, Manuela Lucas. Azucena Yoza, otra residente del sector, explica que varias familias se organizan para comprar tanqueros que cuestan 15 dólares por familia, pero el agua les dura apenas una semana.

El deslizamiento sigue activo

Roberto Briones, director municipal de Riesgos, Sostenibilidad Ambiental y Cambio Climático, informó ayer sobre el restablecimiento parcial del servicio en la calle Manuel Moreira (Libertad 2), pero la calle Chimborazo (Miraflores Alto) tendrá que esperar. El funcionario detalló que esta medida se debe a que un informe técnico confirmó que el deslizamiento en la calle Manuel Moreira, de La Libertad 2 está “estático”, lo que permite retomar el suministro de agua. 

Así, según Briones, Portoaguas distribuirá agua durante cuatro a cinco horas diarias en horarios diurnos, pero con un monitoreo constante para asegurarse de que las tuberías no se desacoplen ni reactiven los movimientos de tierra.  “Mañana (hoy) se realizará la primera convocatoria para dar a conocer a los moradores cuáles serían los puntos que se tendrán habilitados”, indicó el funcionario. En la calle Chimborazo, de Miraflores Alto, el panorama es más complicado. Las grietas siguen apareciendo en las viviendas, y el terreno no da tregua, incluso tras la suspensión de las lluvias. Por eso, las autoridades han decidido mantener la suspensión del agua potable y abastecer a los moradores con tanqueros.

Una medida indefinida 

El tiempo de esta medida no está definido, pues en la zona deben realizarse estudios integrales con ayuda de equipos de la Secretaría Nacional de Riesgos, para determinar el tipo de obra de mitigación que debe ejecutarse, recordó Briones.  “Para nosotros es importante darles a conocer que no es un tema de querer cortar o habilitar el tema del agua, sino que hemos visto que las tuberías se están desacoplando en diferentes lugares y eso en alguna manera estaba incidiendo en que se acelere el tema de los movimientos en masa”, explicó Briones. 

La crisis en estas zonas se enmarca en una declaratoria de emergencia territorial focalizada, aprobada el 17 de abril por el COE Cantonal, que abarca 207 hectáreas en riesgo en Portoviejo. En Libertad 2 y Chimborazo, se identificaron 57 casas en riesgo, de las cuales 35 familias deben evacuar de manera urgente. Así, la cantidad de familias que necesitan ser reubicadas sube a 530, aproximadamente. Todas distribuidas  en los polígonos que abarcan sectores como ciudadela Briones, Che Guevara, ciudadela Fátima, ciudadela Cevallos y El Progreso. También El Florón 3, La Piñonada, La Libertad 2, Miraflores Alto.

Mientras las autoridades anuncian monitoreos y soluciones a largo plazo, como la construcción de viviendas en un terreno en Picoazá, los moradores se muestran impacientes. “Estamos dispuestos a salir de aquí, pero qué garantías tenemos de que nos den las casas”, dijo Yoza.