Un estudio reciente de la Universidad John Moores de Liverpool (LJMU) reveló que tomar poca agua incrementa los niveles de cortisol, la principal hormona del estrés, incluso sin que las personas perciban sed. La investigación, publicada en 2025, sugiere que una hidratación insuficiente afecta la respuesta biológica al estrés, lo que podría derivar en problemas de salud a largo plazo. El hallazgo subraya la importancia de cumplir con las recomendaciones diarias de consumo de agua.
Recomendaciones para evitar estrés
La investigación, dirigida por un equipo de la LJMU, analizó cómo la hidratación influye en la respuesta hormonal al estrés. Para ello, los científicos realizaron pruebas controladas con dos grupos de participantes: uno con ingesta adecuada de agua y otro con consumo por debajo de las recomendaciones. Se tomaron muestras de saliva antes y después de una prueba de esfuerzo para medir los niveles de cortisol, hormona clave en la respuesta al estrés.
Los resultados mostraron que ambos grupos experimentaron síntomas físicos similares durante la prueba, como aumento de la frecuencia cardíaca y boca seca. Sin embargo, el grupo con menor ingesta de agua presentó incrementos significativamente mayores en los niveles de cortisol. Este hallazgo es relevante, ya que el cortisol regula funciones como el metabolismo, la presión arterial y la respuesta inmune.
Impacto del cortisol en la salud
El profesor Neil Walsh, uno de los autores del estudio, explicó: “El cortisol es la principal hormona del estrés del cuerpo, y una reactividad exagerada al estrés está asociada con mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y depresión”. La investigación destaca que los participantes con baja hidratación no reportaron mayor sensación de sed. Los datos sugieren que la percepción subjetiva no siempre refleja el estado real del organismo.
Por su parte, el profesor Shaw, también integrante del equipo, señaló: “Ambos grupos se sintieron igualmente ansiosos y mostraron aumentos similares en la frecuencia cardíaca. Sin embargo, las personas con baja ingesta de agua tuvieron respuestas de cortisol mucho mayores”. Este dato resalta la necesidad de mantener una hidratación adecuada para moderar las respuestas hormonales.
Estudios en Ecuador
Estudios previos, como uno publicado en 2023 por la Universidad de Guayaquil en Ecuador, ya habían explorado la relación entre hidratación y salud mental. Investigadores ecuatorianos, liderados por la doctora Ana Torres, encontraron que la deshidratación leve puede afectar el estado de ánimo y la concentración. El estudio de la LJMU complementa estos hallazgos al centrarse en la respuesta hormonal, aportando evidencia sobre los efectos biológicos de la baja ingesta de agua.
Organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan consumir entre 1.5 y 2 litros de agua diarios para adultos, dependiendo de factores como el peso, la actividad física y el clima. En regiones cálidas, como gran parte de América Latina, estas necesidades pueden ser mayores debido a la pérdida de líquidos por sudoración.
Incorporar hábitos de hidratación
Los autores del estudio advierten que, aunque los resultados son prometedores, se necesitan más investigaciones para confirmar si aumentar la ingesta de agua reduce la respuesta del cortisol ante “microestresores” diarios, como el tráfico o las exigencias laborales. “Cumplir con las pautas de consumo de agua podría ser una estrategia sencilla para mitigar el estrés”, afirmó Walsh.
Además, el estudio sugiere que incorporar hábitos de hidratación en situaciones de presión puede tener beneficios a largo plazo. Por ejemplo, beber agua regularmente durante la jornada laboral o antes de eventos estresantes podría moderar las respuestas hormonales.