El romero (Rosmarinus officinalis), planta originaria del Mediterráneo, se ha convertido en un aliado reconocido para el cuidado de la piel y el cabello, según investigaciones científicas recientes. Estudios realizados en países como Estados Unidos, Reino Unido y España desde 2015 hasta 2021 han comprobado sus propiedades antioxidantes, antimicrobianas y antiinflamatorias. Impulsando su incorporación en productos cosméticos de uso cotidiano.
Un aliado natural para el cabello
El uso del extracto de romero en tratamientos capilares ha mostrado resultados comparables a medicamentos como el minoxidil. Una investigación publicada en la revista Skinmed (2015) evidenció que, tras seis meses de aplicación, el extracto de romero mejoró el conteo de cabello en pacientes con alopecia androgenética, sin los efectos secundarios asociados a tratamientos farmacológicos.
La tricóloga Zoë Passam, de la clínica Philip Kingsley en Londres, explica que el romero estimula la microcirculación en el cuero cabelludo, favoreciendo el transporte de nutrientes a los folículos. Esto se traduce en una melena más fuerte, densa y saludable.
Además, estudios del National Library of Medicine de EE.UU. destacan la acción del ácido carnósico, presente en el romero, en la reparación de terminaciones nerviosas y regeneración folicular. El romero también actúa como astringente natural, regulando el sebo capilar y ayudando a prevenir la caspa y otras infecciones.
Beneficios dermatológicos comprobados
En el ámbito dermatológico, el romero ha demostrado ser un activo eficaz para prevenir el envejecimiento prematuro, reducir la inflamación y acelerar la cicatrización. Investigaciones publicadas en la revista Journal of Photochemistry and Photobiology B: Biology indica que los antioxidantes del romero, como el ácido rosmarínico y el carnosol, protegen la piel frente al daño solar y fotodaño celular.
Antonia Álvaro, experta en cosmética natural y fundadora de Sublime Oils, señala que el romero es especialmente útil en pieles grasas o con tendencia al acné, gracias a su efecto purificante y regulador del sebo. Además, sus compuestos antimicrobianos ayudan a mantener el equilibrio del microbioma cutáneo.
Un estudio de 2015 publicado en Revista de Patología Clínica Comparada demostró que el uso tópico de romero acelera la curación de heridas en modelos animales, mientras que otro trabajo de 2021 en Revista Farmacia relaciona su uso con la estimulación de colágeno, proteína clave para mantener la elasticidad de la piel.
Formas de uso y precauciones
El romero puede utilizarse en forma de aceite esencial, agua de romero o extracto vegetal incorporado en productos cosméticos. En tratamientos capilares, el aceite diluido en portadores como jojoba o coco se aplica con masaje para estimular el cuero cabelludo. El agua de romero, obtenida por infusión de sus hojas, funciona como enjuague fortalecedor.
En piel, se recomienda mezclar el aceite esencial con una base neutra para evitar irritaciones. Es fundamental realizar una prueba de parche antes del uso, especialmente en pieles sensibles.
Aunque los estudios son prometedores, muchos son preliminares o en modelos animales. Recomienda consultar a un especialista ante problemas persistentes y evitar el uso excesivo del aceite esencial, que puede generar reacciones alérgicas o irritaciones. Su uso está contraindicado en embarazadas, lactantes o personas con alergias conocidas.
Un ingrediente tradicional con validación científica
El romero, empleado desde la antigüedad por civilizaciones como la egipcia y la griega, continúa vigente en la actualidad como activo cosmético funcional. Su respaldo científico, unido a su versatilidad y fácil acceso, lo posiciona como una opción natural para quienes buscan soluciones integrales para el cuidado del cabello y la piel, sin recurrir exclusivamente a tratamientos sintéticos.