Corría el año 1934 cuando Antoni Benaiges, un joven profesor, llegó a una escuelita en un rincón olvidado de Burgos, España. Lo que encontró fue un aula rural con apenas unos pupitres, y lo que dejó fue un legado que más de nueve décadas después sigue removiendo conciencias.
Benaiges no enseñaba solo con libros. Utilizó una imprenta rudimentaria y un método revolucionario, el del pedagogo francés Célestin Freinet, que invitaba a los niños a pensar, a crear, a expresarse. Bajo su guía, los alumnos imprimieron pequeños cuadernos con sus textos, entre ellos uno que aún estremece: “El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca”. Muchos de ellos jamás habían salido del pueblo, pero él les hizo una promesa: “Los llevaré a ver el mar”.
La muerte del profesor
Pero la historia no le dio tiempo. Con el estallido de la Guerra Civil Española, en julio de 1936, su nombre, sus ideas y su imprenta fueron condenados. Benaiges fue torturado, paseado en un vehículo y humillado públicamente. Fue transportado en una camioneta a los Montes de La Pedraja, lugar donde finalmente es asesinado. Lo arrojaron, como a tantos otros, a una fosa común. Tenía 33 años.
Décadas después, esa historia enterrada comenzó a emerger. Lo hizo primero con los arqueólogos que en 2010 comenzaron las exhumaciones en la fosa de La Pedraja. Y luego con el cine, de la mano de Patricia Font, que en 2023 llevó al público la película El maestro que prometió el mar, basada en un libro.
El filme entrelaza dos tiempos: el del profesor Benaiges y su escuela en los años treinta, y el de Ariadna, una joven que en 2010 emprende la búsqueda del padre de su abuelo, desaparecido durante la guerra civil. La historia se convierte así en un viaje de memoria, duelo y justicia.
La figura de Benaiges, rescatada del olvido, se ha convertido en símbolo de los maestros republicanos y de una generación que apostó por la educación como herramienta de transformación. Su historia conecta con la de miles de familias que aún buscan a sus desaparecidos de España, entre huesos y nombres olvidados.
Un museo para recordarlo
Hoy, esta misma escuela donde dio clases es un museo impulsado por la Asociación Escuela Benaiges. Un edificio en ruinas reconvertido en un centro de actividades culturales que recuerda al profesor Benaiges y su revolucionario método de enseñanza. La película está YouTube.
Antoni Benaiges no cumplió su promesa. Pero otros la han recogido. Porque cada vez que alguien recuerda su historia, cada vez que un niño conoce su nombre o un espectador llora frente a la pantalla, un poco de ese mar que soñó vuelve a romper contra la injusticia del silencio.