La historia de José, un joven con más de 30 detenciones y un dedo amputado a causa de su adicción a las drogas, es un testimonio de esperanza y superación en Santo Domingo de los Tsáchilas. Tras años de vivir en la calle y sumido en sus vicios, José encontró una nueva oportunidad en el programa «Únete a mi Pandilla».
Este proyecto social, liderado por Marlon Gallegos, busca rehabilitar y empoderar a jóvenes drogadictos a través del emprendimiento. «Les damos una nueva oportunidad, no solo para recuperarse, sino también para ser parte activa de la comunidad», afirma Gallegos.
Panadería comunitaria: Un nuevo comienzo
El corazón del proyecto es una panadería comunitaria ubicada en la cooperativa Carlos Ruiz Burneo, donde 15 jóvenes trabajan diariamente en la producción de pan. Este oficio no solo les permite generar ingresos, sino también iniciar su proceso de reintegración a la sociedad. Los jóvenes reciben una comisión de 25 centavos por cada funda de pan vendida, lo que les permite alcanzar una independencia económica de hasta 25 dólares diarios.
Además de la producción, los jóvenes se encargan de diversas tareas dentro del negocio, desde la preparación de los panes hasta la limpieza del local. El proyecto, que cuenta con el apoyo de empresas privadas que donan víveres semanalmente, también les enseña habilidades de supervivencia.
Apoyo integral para la recuperación
«Únete a mi Pandilla» ofrece a sus participantes atención psicológica, psiquiátrica y médica. Tres veces por semana, los jóvenes asisten a sesiones con profesionales de la salud mental para tratar su adicción y mantener su bienestar emocional. Además, se realizan exámenes médicos para monitorear su salud y detectar posibles residuos de sustancias psicotrópicas.
Un aspecto fundamental del proyecto es la administración responsable de los recursos. En lugar de recibir dinero en efectivo, se les abre una cuenta bancaria donde se depositan los fondos correspondientes a su trabajo. «Queremos que aprendan a administrar sus recursos de manera responsable. Al finalizar su rehabilitación, les damos la posibilidad de emprender su propio negocio», explica Gallegos.
Impacto y desafíos
En una iniciativa anterior, 100 jóvenes participaron en el programa, de los cuales 80 lograron recuperarse y muchos de ellos han emprendido negocios propios en áreas como el Plan de Vivienda, una zona afectada por la delincuencia en Santo Domingo.
A pesar de los resultados positivos, el proyecto enfrenta desafíos, como la falta de apoyo gubernamental. Sin embargo, la colaboración del sector privado ha sido crucial, con donaciones de equipos y materiales que permiten el funcionamiento de la panadería.
La inauguración oficial de la panadería comunitaria contó con la presencia de concejales y dirigentes de cooperativas, quienes mostraron interés en apoyar la iniciativa. Con historias de superación como la de José, «Únete a mi Pandilla» busca transformar vidas y ofrecer una alternativa a los jóvenes atrapados en el mundo de las drogas.